Se busca activamente al principal sospechoso del crimen de Maite Gómez

El grupo noveno de la Primera Brigada Regional de Investigación no había detenido, hasta media tarde de ayer, al principal sospechoso del crimen de la joven María Teresa Gómez García, que apareció degollada en una fábrica de cerámicas el pasado 28 de marzo. El caso, el más importante que tiene la policía madrileña en este momento, sólo espera, para ser cerrado, la detención del citado sospechoso, un hombre de nacionalidad norteamericana, negro, alto, de un metro noventa, aproximadamente, con gafas graduadas y perilla, que está siendo buscado por clubs, discotecas y por la zona de viviendas pró...

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El grupo noveno de la Primera Brigada Regional de Investigación no había detenido, hasta media tarde de ayer, al principal sospechoso del crimen de la joven María Teresa Gómez García, que apareció degollada en una fábrica de cerámicas el pasado 28 de marzo. El caso, el más importante que tiene la policía madrileña en este momento, sólo espera, para ser cerrado, la detención del citado sospechoso, un hombre de nacionalidad norteamericana, negro, alto, de un metro noventa, aproximadamente, con gafas graduadas y perilla, que está siendo buscado por clubs, discotecas y por la zona de viviendas próxima a La Moraleja.Se tiene el conocimiento de que visitaba algunos de los locales nocturnos de la zona de Alcobendas y que era un cliente habitual en el Drugstore de la calle de Fuencarral. También se especula con la posibilidad de que su medio de vida fuera la prostitución organizada.

A pesar de que en un principio se pensó en que podría ser algún militar norteamericano destinado en la base de Torrejón de Ardoz, esta teoría pronto se vio desechada, ya que los militares de la base no pueden usar perilla. A pesar de ello, se sabe que la policía militar de la base comenzó a colaborar estrechamente con los funcionarios policiales encargados del caso.

Sobre el hallazgo del bolso de María Teresa, del que EL PAIS adelantaba la noticia ayer, se sabe que la documentación encontrada en el kilómetro 14 de la carretera de Burgos ha clarificado aún más la vida que Maite llevaba en Madrid. Una agenda en la que no escribía desde que dejó el colegio de las Oblatas, en San Sebastián; una foto de Federico, nombre que venía en su anillo, otras dos de otros tantos jóvenes, varias cartas de ella dirigidas al citado Federico y una postal de éste enviada a Maite a la maternidad dándole la enhorabuena, forman con varias direcciones, el objeto de la investigación policial, al tiempo que se busca al hombre negro.

Entretanto, el padrastro de María Teresa, que llegó el pasado martes a Madrid, en compañía de otros dos familiares, ha gestionado los trámites para el entierro de Maite y ha solicitado y obtenido la custodia de la pequeña Raquel, hija de María Teresa, de quince meses. Curiosamente la fecha encontrada en el anillo de la joven muerta, 15-12-76, parece ser la misma que la del nacimiento de Raquel, hecho que establecería la presunta paternidad de Federico, en contra de lo que se había publicado, que era otra persona.

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