"El cambio de ministros refleja la crisis permanente de UCD"
El reciente cambio de ministros operado el 27 de febrero no constituye simplemente una crisis en el equipo gubernamental, sino que refleja la crisis permanente e interna de UCD», afirma la declaración sobre la crisis de Gobierno pasada, aprobada por el comité federal del PSOE durante su reunión del fin de semana.«La crisis de Gobierno -afirma el documento- ni comienza en los días inmediatos del cambio de ministros, ni ha terminado con los relevos que se han llevado a cabo. Por el contrario, lo que pone en crisis permanente al partido del Gobierno son sus contradicciones internas, al ser una mi...
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El reciente cambio de ministros operado el 27 de febrero no constituye simplemente una crisis en el equipo gubernamental, sino que refleja la crisis permanente e interna de UCD», afirma la declaración sobre la crisis de Gobierno pasada, aprobada por el comité federal del PSOE durante su reunión del fin de semana.«La crisis de Gobierno -afirma el documento- ni comienza en los días inmediatos del cambio de ministros, ni ha terminado con los relevos que se han llevado a cabo. Por el contrario, lo que pone en crisis permanente al partido del Gobierno son sus contradicciones internas, al ser una mixtura de au toritarios conversos y representantes de la oligarquía, con gotas de un progresismo sinceramente democrático, progresivamente aislado en el complejo ucedista. Ha bastado que unos técnicos planteen simplemente reformas económicas sectoriales, de acuerdo con las más perentorias necesidades del Estado, para que los representantes de la oligarquía en el seno del Gobierno crearan el conflicto.»
Añade el documento que la crisis no ha terminado, porque persiste la Crisis connatural a UCD, y que este partido «no tiene credibilidad y se encuentra en permanente inestabilidad» por su pretensión de adoptar actitudes centristas, «siendo en el fondo un instrumento de la derecha».
El comité federal del PSOE juzga que la remodelación gubernamental ha reforzado el poder per sonal de Adolfo Suárez y, al mismo tiempo, reducido su capacidad de maniobra. «El Gobierno añade tendría que abandonar su política de posponer continuámente los problemas, detransferir responsabilidades y encarar la función propia del poder, presentando al Parlamento y al país un programa efectivo de gobierno.»
Advierte el documento más adelante que Suárez y su Gabinete están obligados a cumplir los compromisos de la Moncloa, y agrega que «frente al magnífico ejemplo de disciplina ciudadana y laboral que están dando las clases laboriosas del país, los sindicatos y partidos populares, asumiendo las limitaciones que impone la crisis, el Gobierno ofrece al pueblo un espectáculo lamentable de incoherencia y falta de aptitud para enfrentarse a los grandes problemas de la nación».