Atraco de dos millones en los almacenes Sepu de la Gran Vía

Tres personas, una mujer y dos hombres, atracaron ayer por la mañana, hacia las once y media, las oficinas de los almacenes Sepu, situados en la avenida de José Antonio, número 32. El atraco, que no fue percibido por los clientes que se encontraban en esos momentos en los almacenes, se realizó a mano armada y produjo un botín de aproximadamente dos millones de pesetas.Según informó ayer a EL PAÍS el director del centro, dos personas, un hombre y una mujer, preguntaron a una de las telefonistas si había trabajo para ellos en los almacenes, sobre las once y media de la mañana. Sin esperar a la r...

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Tres personas, una mujer y dos hombres, atracaron ayer por la mañana, hacia las once y media, las oficinas de los almacenes Sepu, situados en la avenida de José Antonio, número 32. El atraco, que no fue percibido por los clientes que se encontraban en esos momentos en los almacenes, se realizó a mano armada y produjo un botín de aproximadamente dos millones de pesetas.Según informó ayer a EL PAÍS el director del centro, dos personas, un hombre y una mujer, preguntaron a una de las telefonistas si había trabajo para ellos en los almacenes, sobre las once y media de la mañana. Sin esperar a la respuesta bajaron las escaleras hasta el almacén, y poco después volvieron a subir tres personas a la primera planta, dos hombres y una mujer que empuñaban pistolas. «No sabemos si intervinieron cinco personas en el atraco o tres solamente. Los mismos que subieron al principio preguntando si había trabajo pudieron subir después nuevamente. La mujer tapaba la cara con una media y los dos hombres estaban también enmascarados con el cuello de sus jerseys, que eran muy amplios.»

Una vez en la planta primera, los tres atracadores amenazaron a la telefonista y la obligaron a que les condujera hasta las oficinas donde en esos momentos trabajaban unas diez personas. «Nos obligaron a todos a ponernos contra la pared y, a punta de pistola, obligaron a la cajera a entregarles el dinero que hubiera en la caja fuerte.»

Aunque aún no había evaluación exacta del dinero robado cuando EL PAÍS se puso en contacto con Sepu, ya que la policía estaba tomando las posibles huellas digitales que hubiera en las oficinas, se estima que el botín fue de dos millones de pesetas. Sobre la aparente facilidad con que fue cometido el robo, el director de los almacenes consideró que cualquier persona puede entrar en los almacenes y preguntar por dónde se encuentran las oficinas. Parece que los atracadores pasaron directamente a las oficinas por la entrada de la calle Desengaño. Se desconoce hasta el momento la forma en que se dieron a la fuga.

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