Graves acusaciones sobre el penal de El Dueso

Alrededor de quinientos presos sociales procedentes de cárceles españolas han sido trasladados al penal de El Duese, en Santoña (Santander), donde permanecen, desde el pasado día 3, en condiciones «inhumanas", según testimonio de diez abogados que pudieron entrevistarse ayer con los reclusos.Los abogados, en una rueda informativa celebrada ayer en Bilbao, dieron cuenta de las condiciones físicas y humanas a que se encuentran sometidos estos reclusos, entre los que se hallan los dirigentes más signíticatívos de la Coordinadora de Presos en Lucha (Copel). Uno de los abogados, Juan Unzurrunzaga, ...

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Alrededor de quinientos presos sociales procedentes de cárceles españolas han sido trasladados al penal de El Duese, en Santoña (Santander), donde permanecen, desde el pasado día 3, en condiciones «inhumanas", según testimonio de diez abogados que pudieron entrevistarse ayer con los reclusos.Los abogados, en una rueda informativa celebrada ayer en Bilbao, dieron cuenta de las condiciones físicas y humanas a que se encuentran sometidos estos reclusos, entre los que se hallan los dirigentes más signíticatívos de la Coordinadora de Presos en Lucha (Copel). Uno de los abogados, Juan Unzurrunzaga, manifestó, después de entrevistarse con su defendido, que la situación que encontró en el penal de El Dueso «no tiene precedente en las cárceles españolas desde 1936». Este abogado fue el primero en llegar al penal, y de inmediato avisó a sus compañeros de profesión para que se trasladaran al lugar y comprobaran la «incalificable» situación que allí encontró.

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Los presos trasladados a El Dueso, en condiciones "inhumanas"

(Viene de la primera página)

El abogado Unzurrunzaga transmitió a los periodistas la conversación que había mantenido con su defendido, Alejandro Echániz: «Alrededor de las cuatro de la madrugada del día 3, los antidisturbios se presentaron en la cárcel de Martutene y me trasladaron aquí. Cuando llegué, me desnudaron y como toda prenda, me pusieron un buzo. Después me metieron en una celda ínfima, de pequeñísima capacidad, que comparto con otro preso. Tan sólo disponemos de dos colchonetas, apiladas en literas, unas cuantas mantas, dos platos, dos cucharas y un orinal, que sólo nos dejan salir a vaciarlo a las siete de la mañana de cada día. No tenemos jabón, ni toallas, ni nos dejan afeitar. También nos prohíben fumar, y únicamente salimos al patio cada tres días. Por lo demás, estamos incomunicados. No nos dejan recibir visitas, ni cartas, ni hablar con los demás compañeros. Cuando nosotros necesitamos escribir al abogado, la dirección nos supervisa la carta antes de enviarla al correo y nos someten a una serie de torturas psíquicas como apagarnos la luz a las doce de la noche y volverla a encender de súbito a las cuatro de la madrugada. Esta operación la repiten varias veces. Los funcionarios nos gritan continuamente diciendo que no nos dejarán fumar nunca, y otras cosas parecidas.»

El abogado de Alejandro Echániz dijo que le había encontrado «en muy mal estado. Temblaba continuamente, estaba helado, tenía unas ojeras profundas, y su aspecto era, en general, lamentable».

Pese a la incomunicación, los presos logran hablar por las ventanas, y de esta manera saben que han sido trasladados reclusos enfermos y que las curas de urgencia las hacen en las mismas celdas. «Para vosotros no hay enfermería», cuenta Alejandro que les dijeron. Y, efectivamente, los enfermos conviven con los sanos como si nada pasara. Hay que añadir, además, que cien reclusos se han autolesionado.

De los quinientos presos trasladados, han podido averiguar que 72 proceden de Carabanchel, de los cuales doce fueron sacados de la cama del Hospital Penitenciario por los antidisturbios; veintitrés, de Burgos; once, de Zaragoza; dos, de Pamplona; doce, de Valencia; dieciocho, de Córdoba; siete, de Ocaña; once, de Bilbao; cuatro, de San Sebastián, y 67, de Barcelona. De ellos, se calcula que cerca de 350 se encuentran en prisión preventiva, circunstancia que contraviene la ley,

Los abogados aseguran que la visita que tenían prevista los senadores al penal de El Dueso ha sido «sospechosamente retrasada» y que se han puesto ya en contacto con el abogado Juan María Bandrés y con el senador José María Xirinács, a fin de que se ponga remedio a la situación.

El nuevo director de El Dueso, Domingo Díaz-Mayordomo, ha sido trasladado recientemente «para que dirija la operación», dicen los abogados, y procede de uno de los penales más duros del país, la cárcel de Cartagena.

En una nueva entrevista mantenida por cinco abogados llegados de Barcelona, Madrid y Bilbao, el señor Díaz-Mayordomo se limitó a decir que cumplía el reglamento, lo que le fue rebatido por éstos, que adujeron como ejemplo el hecho de que los presos llevan trece días «en período de observación» -tal y como dijo el director-, mientras que el nuevo Reglamento de Instituciones Penitenciarias limita estos períodos a 72 horas.

Ayer por la noche los cinco abogados (José Ramón del Río, Juan Cruz Unzurrunzaga, Marc Palmes, José Posch, Fátima Macho y Manuel Hernández Rodero) enviaron un telegrama al ministro de Justicia, Landelino Lavilla, en el que se muestran «horrorizados por el tratamiento a los presos y detenidos del penal de El Dueso», comunican la presentación de una denuncia ante el Juzgado de Instrucción de Santoña.

En la mañana de hoy se interpuso denuncia contra el director de la prisión en el juzgado citado. Por último, los abogados en cuestión informaron que tienen conocimiento de la construcción de dos penales de seguridad especial, situados en Herrera de La Mancha y Ocaña.

Motín en la Modelo de Barcelona

Ocho presos y dos policías heridos, aunque ninguno de gravedad, varios colchones quemados, numerosos autolesionados y tres galerías prácticamente destruidas es el balance de un nuevo motín ocurrido ayer en la cárcel Modelo de Barcelona. Dentro y fuera de la prisión se concentraron efectivos de las Fuerzas Armadas.

Los incidentes comenzaron cuando se efectuaba el recuento de los reclusos. Los que protagonizaron los incidentes durante el recuento están en la cárcel pendientes de juicio y se habían negado a someterse al cacheo reglamentario. Sobre la una de la tarde, y al tiempo que entraba en el recinto la Policía Armada, llegaron a la Modelo varias ambulancias, como medida preventiva.

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