Antonio María Oriol: "Sólo el orden jurídico permite el ejercio de la libertad"

«La vigencia de un orden jurídico es lo único que permitirá, en una sociedad libre, el ejercicio de la libertad, que es una de las cualidades que dignifican al hombre», dijo el presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol y Urquijo, en la sesión plenaria que celebró ayer el organismo para dar posesión de su puesto de consejero al nuevo fiscal del Reino, Juan Manuel Fanjul.

Después que al comienzo de la sesión prestara el juramento reglamentario el señor Fanjul, el presidente del Consejo pronunció unas palabras en las que destacó la labor del antecesor en el cargo, Eleuterio ...

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«La vigencia de un orden jurídico es lo único que permitirá, en una sociedad libre, el ejercicio de la libertad, que es una de las cualidades que dignifican al hombre», dijo el presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol y Urquijo, en la sesión plenaria que celebró ayer el organismo para dar posesión de su puesto de consejero al nuevo fiscal del Reino, Juan Manuel Fanjul.

Después que al comienzo de la sesión prestara el juramento reglamentario el señor Fanjul, el presidente del Consejo pronunció unas palabras en las que destacó la labor del antecesor en el cargo, Eleuterio González Zapatero, y las cualidades como persona y jurista del nuevo fiscal, al que deseó el mayor éxito en la difícil tarea de su cargo: la defensa de la Ley, misión que, en un plano diferente, viene a coincidir con la del Consejo de Estado, de función consultiva, para que siempre se respete la Ley por la Administración y el Gobierno.Dijo después que la fuerza de la Ley se apoya en la costumbre de obedecerla, y que desgraciadamente esta costumbre se incumple con excesiva frecuencia, quebrantando el orden jurídico, lo que acarrea consecuencias graves para la convivencia. La vida social, agregó, requiere el apoyo de un orden jurídico dotado de poder coactivo, basado en las normas permanentes del derecho natural y dirigido a la realización del bien común.

«De nada servirían las mejores leyes -añadió- si no fuesen aplicadas eficazmente.» Dijo por último que en una sociedad libre, sólo la vigencia del orden jurídico permitirá el ejercicio de la libertad, cualidad que dignifica la persona humana, tal y como su creador la concibió.

A continuación el nuevo consejero de Estado se refirió al alto honor y pesada responsabilidad del cargo al que accedía, y añadió que tanto desde el Congreso de los Diputados como desde el lugar para el que el Rey le ha designado como jefe del ministerio fiscal, se le habían ofrecido las insoslayables zonas de sombra y confusión que acompañan a todo período de transición.

Añadió que había atraído su atención de forma más dramática, en ese período de transición, la necesidad de evitar las fisuras más peligrosas en esa estructura «que debemos cuidar amorosamente». Terminada la ceremonia, el Consejo despachó asuntos de su competencia, y a continuación se reunió la comisión permanente.

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