Reportaje:

La guerra de los satélites, un nuevo campo para los conflictos bélicos

El secretario de Defensa norteamericano, Harol Brown, anunció recientemente que los soviéticos habían experimentado, y al pare cer con notable éxito, un nuevo tipo de satélite destinado a destruir en el espacio a los satélites enemigos. La prensa estadounidense bautizó a esta nueva arma con los nombres de Satélite de caza o Satélite asesino, y mientras Brown expresaba su confianza en que la carrera de armamentos no se ex tienda al espacio, la empresa Vought, de Dallas, recibía un con trato de casi sesenta millones de dólares del Gobierno federal para iniciar la construcción de un...

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El secretario de Defensa norteamericano, Harol Brown, anunció recientemente que los soviéticos habían experimentado, y al pare cer con notable éxito, un nuevo tipo de satélite destinado a destruir en el espacio a los satélites enemigos. La prensa estadounidense bautizó a esta nueva arma con los nombres de Satélite de caza o Satélite asesino, y mientras Brown expresaba su confianza en que la carrera de armamentos no se ex tienda al espacio, la empresa Vought, de Dallas, recibía un con trato de casi sesenta millones de dólares del Gobierno federal para iniciar la construcción de un satélite similar al ensayado por los rusos.Según los expertos militares, en caso de un conflicto entre las dos grandes potencias, aquella que consiguiera destruir los satélites de la otra tendría prácticamente ganada la guerra. Las comunicaciones entre ejércitos aliados, las órdenes enviadas a los submarinos armados concohetes nucleares y las funciones de detección y reconocimiento de los movimientos del enemigo se efectúan, en la moderna tecnología bélica, a través de satélites artificiales. La potencia que perdiera tales ingenios quedaría ciega y muda frente a un enemígo dotado de excelentes comunicaciones, explicaba de forma gráfica un especialista norteamericano.

El Satélite asesino que soviéticos y estadounidenses se esfuerzan en perfeccionar se asemeja exteriormente a un bote de conservas. Mide unos treinta centímetros de alto por veinte de ancho y está dotado de un sistema de detección de calor y de un fuerte explosivo. Lanzado a una órbita cercana a la del aparato que quiere destruir, el Satélite asesino localiza, en el ambiente bajo cero del espacio, el calor producido por el motor de su presa, se sitúa junto a él y estalla, destruyéndose ambos satélites.

Otros sistemas de destrucción que están siendo estudiados consisten en un proyectil disparado por el Satélite asesino y un haz de rayos láser. Estas variantes tienen la evidente ventaja de que el satélite agresor no se destruye y puede continuar su acción contra otros satélites enemigos. Los científicos del Pentágono negaron recientemente que los soviéticos hubieran desarrollado la técnica del rayo láser hasta el punto de poder equipar a sus satélites con un arma similar, y señalaron que un modo de defender a los satélites propios ante un ataque con rayos láser podría ser tan sencillo como recubrirlos con una sustancia altamente reflectante.

La no tan lejana guerra entre satélites plantea una serie de problemas en cuanto a las reacciones de la potencia atacada. ¿Puede considerarse tal ataque a un satélite de comunicaciones como un acto de guerra? ¿Y cuál sería la respuesta adecuada -se preguntaba un periodista norteamericano-, destruir un barco ruso en represalia o bombardear con armas atómicas Moscú?

La creencia de que científicós soviéticos trabajan en la puesta a punto de un rayo de la muerte provocó discusiones en el Congreso norteamericano, el pasado mes de mayo. Un haz de rayos láiser o. de partículas atómicas, lanzado desde un satélite, podría quizá destruir o inutilizar a los proyectiles balísticos intercontinentales del enemigo en sus propios silos, y un ataque por sorpresa con tal tipo de arma dejaría sin defensa y sin posibilidad de defensa al ejército enemigo.

La posibilidad de que tal tipo de armamento, que parece sacado de los viejos comics de Flash Gordon, pueda convertirse en una realidad fue admitida por John L. Allen, director adjunto del departamento de Investigación del Ministerio de Defensa:. «Este tipo de arma (se refiere al rayo de la muerte) aparece hoy día no sólo como posible, sino que incluso existe la posibilidad de elegir qué tipo de rayos queremos usar..., electrones u otras particulas. Estos rayos viajan a la velocidad de la luz (300.000 kilómetros por segundo) y pueden ser dirigidos rápidamente desde un blanco hacia el siguiente.., », declaró Allen a la revista Aviation Week and Space Technology, publicación que anunció los trabajos de los rusos en el desarrollo de esta arma.

Hace algo más de un año, un satélite norteamericano del sistema de alarma ante un ataque atómico fue cegado sobre el océano Indico. Se rumoreó que la causa habla sido un rayo láser experimental lanzado por los soviéticos, aunque la explicación oficial fue que la ceguera del satélite fue provocada por las llamas de un incendio producido en un gasoducto de la URSS.

Mientras Estados Unidos y la Unión Soviética continúan discutiendo los términos de un acuerdo de limitación de armas estratégicas, ambas potencias parecen prepararse para la guerra en el espacio. Los rumores sobre terroríficas armas soviéticas son utilizados por el complejo industrial-militar norteamericano para obtener fondos para investigar o fabricar armas más sofisticadas, de las que el último ejemplo conocido es la bomba de neutrones. Y al profano siempre le queda preguntarse qué otros ingenios de destrucción están perfeccionándose o quizá ya volando por encima de nuestras cabezas.

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