Posible constitución de dos bloques en apoyo de Tarradellas

Con una cierta discreción se están llevando a cabo dos significativos procesos de convergencia política a nivel catalán, protagonizados, uno de ellos, por el centro, y el otro por la izquierda moderada. En el primero destaca el deseo de hacer confluir en un mismo bloque a lo que actualmente es, por un lado, el Pacto Democrático, de Pujol y Trías, y, por otro lado, la organización catalana de Unión de Centro Democrático (UCD). Ambos bloques se estima que apoyarían a Tarradellas.

Fue ya a finales de noviembre cuando fuentes muy responsables de UCD fijaron para inicios de diciembre la ...

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Con una cierta discreción se están llevando a cabo dos significativos procesos de convergencia política a nivel catalán, protagonizados, uno de ellos, por el centro, y el otro por la izquierda moderada. En el primero destaca el deseo de hacer confluir en un mismo bloque a lo que actualmente es, por un lado, el Pacto Democrático, de Pujol y Trías, y, por otro lado, la organización catalana de Unión de Centro Democrático (UCD). Ambos bloques se estima que apoyarían a Tarradellas.

Fue ya a finales de noviembre cuando fuentes muy responsables de UCD fijaron para inicios de diciembre la constitución de un nuevo bloque centrista catalán que integraría, además de UCD, a Centre Catalá (CC) y a los democratacristianos del Club Jacques Maritain. Aquella previsión no se cumplió.Después de un largo silencio, EL PAÍS fue informado de la conclusión de un primer debate, en el seno de la dirección estatal de UCD, en el que se acordó que el nuevo bloque centrista -presumiblemente llamado Unión del Centro de Cataluña- no sería lanzado por la propia UCD, sino que vendría de fuera de esta organización e intentaría ser lo más amplio posible (véase EL PAÍS de 14 de enero).

Superado este primer escollo -pese al recelo del diputado de UCD por Barcelona Vicente Capdevila-, fuentes extremadamente solventes indicarían que ahora el tema de la constitución de este nuevo bloque centrista se enfrenta al deseo de ver desaparecer, pero con fines constructivos, al Pacto que encabezan Pujol y Trías.

Se trata, en efecto, de lograr un nuevo centro tan amplio como fuese posible y con integración orgánica que permitiera la existencia en su seno de variados matices y tendencias. A Jordi Pujol le correspondería representar el setor más nacionalista del nuevo bloque.

Una fuente de la máxima seriedad precisó a EL PAÍS que «si no desaparece previamente el actual Pacto de Pujol y Trías no es posible lanzar definitivamente el proyecto de bloque centrista que integre a la UCD. La fuente precisó: «Hay que terminar con las pequeñas ilusiones existentes hasta ahora.»

Ramón Trías Fargas ve con interés el proyecto, afirmó la fuente. El obstáculo, por lo que respecta al Pacto, vendría fundamentalmente por parte de Jordi Pujol. Ello mantendría el proceso a marcha lenta, pero en ningún caso parece ser óbice al mantenimiento, a largo y a medio plazo, de los criterios aquí expresados.

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Un proceso externo a este proyecto incidirá sin duda en el mismo. Se trata de la constitución, calificada por fuentes directas de «muy próxima», de otro bloque, en este caso de izquierda moderada. Lo integrarán Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), la Agrupación Socialista Josep Pallach (es decir los escindidos del PSC (ex Reagrupament) y la Agrupació Catalana d'Esquerra Liberal (escindidos de la Esquerra Democrática de Catalunya, de Trías Fargas).

Este nuevo bloque se denominará Esquerra Catalana, o bien Esquerra de Catalunya. En los próximos días un comité de enlace determinará las características orgánicas del mismo. No cabe la menor duda que este bloque se superpone en el plano ideológico con el partido de Jordi Pujol, hecho que puede obligar a este último a desplazarse hacia la derecha, modificando de forma prácticamente obligada su deseo de vertebrar un partido de centro-izquierda. A ello hay que añadir que las discrepancias de los dirigentes de este bloque con Pujol son muy marcadas, y, desde luego, impiden todo tipo de coalición. Los duros ataques, incluso personales, de los dirigentes de ERC a Pujol son perfectamente recordables.

Ambos bloques tienen en común -en grado variable y matizable- un claro tarradellismo, es decir, su apoyo al presidente de la Generalitat.

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