El pueblo y los periódicos

Muy correcto y apropiado me ha parecido el artículo incluido en la columna de Opinión sobre Humanitarismo selectivo, de Juan Goytisolo -martes 10 enero 1978-, que induciéndome a pensar sobre la generalidad del olvido, que padecemos. día a día, me ha hecho reflejar este contenido.Hace un tiempo que el periódico EL PAÍS da la sensación de que solamente le interesa dirigirse a una clase representativa, ya sea de una ideología o de otra, con olvido de aquellos que carecen de esos medios o de esa toga de representatividad. Ello ocasiona una especie de dominio sobre los lectores que nos remitimos ex...

Muy correcto y apropiado me ha parecido el artículo incluido en la columna de Opinión sobre Humanitarismo selectivo, de Juan Goytisolo -martes 10 enero 1978-, que induciéndome a pensar sobre la generalidad del olvido, que padecemos. día a día, me ha hecho reflejar este contenido.Hace un tiempo que el periódico EL PAÍS da la sensación de que solamente le interesa dirigirse a una clase representativa, ya sea de una ideología o de otra, con olvido de aquellos que carecen de esos medios o de esa toga de representatividad. Ello ocasiona una especie de dominio sobre los lectores que nos remitimos exclusivamente a leer, sintiéndonos manipulados debido a la inaccesibilidad de un medio de información que está dirigido verticalmente por una minoría. Creo que los medios de información están al servicio del pueblo, de la misma forma que los partidos políticos, las centrales sindiciales, las autonomías, la Iglesia, la escuela, la cultura, el arte, el trabajo, la tierra, la fábrica están o debieran estar al servicio del pueblo, de igual modo que el humanitarismo no es móvil de selección, sino de acepción popular.

Si bien todo esto existe, hay que intentar o realizar el esfuerzo para que, en primer lugar, los medios de información cumplan su primordial papel de servicio al pueblo, no a una selección de personas, sino a su totalidad, y ya que EL PAÍS ha acometido grandes esfuerzos por ser un medio de expresión de diversas ideologías. no debe de olvidar que también hace falta ser medio de general expresión popular sin mediatizaciones.

Creo que ya es hora de que el hombre de la calle ejerza sus derechos de acceso a la información, que no es privativa, sino multitudinaria, y si bien en las columnas de Opinión y Tribuna libre aparecen notables firmas, no es menos notable la aparición de un pueblo que no quiere ser olvidado ni seleccionado.