Nuevo robo Vizcaya de más de 300 kilos de explosivos

JESUS CEBERIO,

Cinco desconocidos armados con pistolas y escopetas robaron ayer, en la localidad vizcaína de Gallarta, 275 kilos de explosivos (hidronita), 37,5 kilos de goma-2 y quinientos metros de mecha triple impermeable después de interceptar a un jeep tipo furgoneta que lostransportaba desde el almacén de la Magdalena, propiedad de la empresa Explosivos Río Tinto, a las minas de Agruminsa. El procedimiento empleado es idéntico al que permitió que otro comando se apoderara anteayer de novecientos kilos de goma-2 en Galdácano.A la vista de estos dos hechos, el gobernador civil de Viz...

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Cinco desconocidos armados con pistolas y escopetas robaron ayer, en la localidad vizcaína de Gallarta, 275 kilos de explosivos (hidronita), 37,5 kilos de goma-2 y quinientos metros de mecha triple impermeable después de interceptar a un jeep tipo furgoneta que lostransportaba desde el almacén de la Magdalena, propiedad de la empresa Explosivos Río Tinto, a las minas de Agruminsa. El procedimiento empleado es idéntico al que permitió que otro comando se apoderara anteayer de novecientos kilos de goma-2 en Galdácano.A la vista de estos dos hechos, el gobernador civil de Vizcaya remitió ayer una circular a la Guardia Civil y a la Delegación de Industria prohibiendo el traslado de explosivos dentro de la provincia hasta tanto no se arbitren medidas de seguridad más eficaces en una reunión conjunta en la que participarán también los usuarios de este tipo de materiales.

El vehículo que transportaba los explosivos iba conducido por su propietario, el guarda jurado José Donoso, vecino de Baracaldo, que realiza habitualmente este tipo de transporte desde el depósito de La Magdalena hasta las numerosas minas y canteras de la zona y que incluso ese mismo día había efectuado al menos dos servicios para Agruminsa, empresa filial de Altos Hornos de Vizcaya. En esta ocasión iba acompañado de su hijo José Luis, de diecisiete años, estudiante.

Cuando habían recorrido poco más de un kilómetro desde el almacén de los explosivos, y a unos doscientos metros de su destino, el jeep fue interceptado por un Seat 124 de color blanco, cuyo robo, había sido denunciado, al parecer, por su propietario.

El cruce se produjo al final de la calle del General Franco, unos cuarenta metros después de rebasar el casco urbano de Gallarta. El señor Donoso vio instantes antes al coche y presintió, según declaraciones de un hijo suyo, que le iba a cortar el paso. Conducía bastante despacio y ni siquiera se vio precisado a dar un frenazo brusco para evitar el choque.

De este Seat 124, de otro Seat 127 amarillo y de una furgoneta Ebro, matrícula VI-0433-C, descendieron cinco jóvenes armados con pistolas y alguna escopeta. Uno de ellos apuntó con su arma al transportista al tiempo que le decía que estuviese tranquilo, que no iba a pasarle nada. A continuación le preguntó si llevaba pistola, a lo que contestó en sentido negativo, pese a tenerla encima.

Sin cachearle para comprobar si, en efecto, llevaba o no armas, cuatro de los asaltantes se dirigieron a la parte posterior del jeep para efectuar allí mismo el traslado a su furgoneta, mientras el quinto permanecía custodiando al señor Donoso y a su hijo. Los 275 kilos de hidronita, calibre 140, iban en once cajas de veinticinco kilos cada una, por lo que el traslado de un vehículo a otro se efectuó en pocos minutos.

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Nadie se dio cuenta

Ninguna persona pareció apercibirse de lo que ocurría, a pesar de que a unos cincuenta metros se encontraban unos guardias municipales. Un testigo ha declarado que vio las dos furgonetas, pero que pensó que estaban trasladando tejas de una a otra. Otro, testigo, Alfonso Pérez, que pasó por la zona en plena operación de descarga, ha manifestado que no vio ningún arma, y que incluso uno de los que estaban descargando le dijo que se marchase de allí.

Terminado el traslado de los explosivos, los asaltantes les pidieron las llaves de la furgoneta, a lo que el señor Donoso replicó que les harían una faena si se las llevaban. Finalmente se las dejaron, advirtiéndoles de que permaneciesen en el lugar durante un rato sin dar aviso a nadie.

Una vez que los asaltantes se hubieron perdido de vista, el señor Donoso y su hijo se trasladaron a su oficina, desde donde dieron parte a la Guardia Civil. Padre e hijo permanecieron durante casi toda la jornada de ayer en las dependencias de la Guardia Civil prestando declaración sobre lo ocurrido.

Ninguno de los dos tiene demasiados datos para describir a los cinco integrantes del comando, ya que durante los pocos minutos que duró la operación apenas si vieron más que al que les custodiaba. Se sabe que los cinco eran jóvenes, con edades comprendidas en tomo a los veinte años, de estatura y complexión normales y que alguno de ellos tenía barba.

Golpes de ETA político-militar

Aunque este robo ni el llevado a cabo el día anterior han sido reivindicados por ninguna organización, en círculos bien informados se asegura que ambos son obra de ETA político -militar. La utilización de escopetas en el asalto de ayer contribuye a alimentar esta teoría, dado que los poli-milis consiguieron hace varias semanas en Elgóibar (Guipúzcoa) un botín de 264 escopetas. Estas acciones espectaculares de ETA. P-M podrían estar relacionadas, afirman las mismas fuentes, con la marcha vacilante del régimen preautonómico vasco, tema sobre el que ETA P-M prepara una declaración.

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