Cartas al director

Las cuentas del Gran Hospital

Teniendo que operar de amigdalitis y vegetaciones a una hija de cinco años, y dado que en la Seguridad Social se procede de forma un tanto precaria y con un cierto riesgo, opté por hacerlo a través de la medicina privada.El importe de la operación se descompone de la siguiente manera:

1) Visita y exploración, 3.000 pesetas.

2) Radiografía nasal, 3.000 pesetas.

3) Bacteriograma y antibiograma (análisis), mil pesetas.

4) Anestesia, 3.500 pesetas.

5) Quirófano, 4.000 pesetas.

6) Operación, 15.000 pesetas.

7) Doctor ayudante, 1.500 pesetas.

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Teniendo que operar de amigdalitis y vegetaciones a una hija de cinco años, y dado que en la Seguridad Social se procede de forma un tanto precaria y con un cierto riesgo, opté por hacerlo a través de la medicina privada.El importe de la operación se descompone de la siguiente manera:

1) Visita y exploración, 3.000 pesetas.

2) Radiografía nasal, 3.000 pesetas.

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3) Bacteriograma y antibiograma (análisis), mil pesetas.

4) Anestesia, 3.500 pesetas.

5) Quirófano, 4.000 pesetas.

6) Operación, 15.000 pesetas.

7) Doctor ayudante, 1.500 pesetas.

8) Farmacia (de la operación), 1.036pesetas.

9) Un día de hospitalización, 3.100 pesetas,

10) Bacteriograma y antibiograma, 2.000 pesetas.

11) Impuesto Tráfico Empresa de la factura del hospital, 219 pesetas. Total, 37.355 pesetas.

El tiempo empleado en ir, operar y volver del quirófano fue de doce minutos.

Requerida la justificación por considerar la suma excesiva, el doctor se escudó en su secretaria, y ésta argumentó que para no llevarse sorpresas había que pedir el presupuesto.

Los motivos que me mueven a exponer este hecho nacen del lamentable estado en que están las necesidades sociales y que se exterioriza en la cantidad y calidad de las prestaciones según sean privadas (clínicas abundantes y lujosas) o públicas (hospitales insuficientes).

En el origen de esta situación, de la que es víctima principal la clase trabajadora, se encuentra el interés privado de grupos y profesionales liberales que, a expensas de una necesidad pública, influyen en la sociedad para conseguir, mediante la privatización y elevación de precios, altas ganancias y fatuos prestigios. Este comportamiento, del que es cómplice y servidor el Estado, origina inflación en las prestaciones sanitarias y entorpece el desarrollo normal de la Sanidad Social. Además, y en las circunstancias actuales, ¿quién pone limitaciones a los ingresos no asalariados? ¿Acaso el pacto de la Moncloa?

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