Continúa el desalojo de pisos en el barrio de San Blas

Un matrimonio joven y su hijo, de diecisiete meses, desalojaron el pasado jueves, por requerimiento judicial, una vivienda situada en la calle Modistas, número 11, del barrio de San Blas. El piso había sido ocupado el 4 de octubre. Tras el desalojo, el matrimonio recogió sus muebles y se instaló en una tienda de camping junto al edificio, pero la Policía Municipal les avisó de que tampoco podían utilizar la tienda.La noche del jueves la pasaron en la calle, bajo unas mantas y unos plásticos. Ayer, con una constante amenaza de lluvia, lo único que consiguieron fue hacer acopio de un mayor númer...

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Un matrimonio joven y su hijo, de diecisiete meses, desalojaron el pasado jueves, por requerimiento judicial, una vivienda situada en la calle Modistas, número 11, del barrio de San Blas. El piso había sido ocupado el 4 de octubre. Tras el desalojo, el matrimonio recogió sus muebles y se instaló en una tienda de camping junto al edificio, pero la Policía Municipal les avisó de que tampoco podían utilizar la tienda.La noche del jueves la pasaron en la calle, bajo unas mantas y unos plásticos. Ayer, con una constante amenaza de lluvia, lo único que consiguieron fue hacer acopio de un mayor número de plásticos para poder cobijarse. El niño, con gripe, lo cuidan unas vecinas.

Jorge Daza, veinticuatro años, electricista y actualmente acogido al paro obrero, Julia Ruiz, veintitrés años, trabajadora de los talleres de El Corte Inglés, y su hijo Oscar, de diecisiete meses, son una de las treinta familias que durante la primera semana de octubre realizaron una serie de ocupaciones de viviendas en San Blas. «La que nosotros ocupábamos -explicaron- llevaba años sin habitar. Sabemos que hace quince años fue adjudicada a Aurora AlvareÍ. Esta señora murió. Tiene tres hijas. Sólo una está soltera, pero está internada en un hospital siquiátrico.»

De momento, y hasta que no encuentren un piso en el que vivir, el matrimonio aseguró que piensan seguir instalados en la calle. « Es la única forma de reclamar de una manera eficaz ante la Administración. Lo vamos a pasar mal, pero no hay otro remedio.»

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