Síntomas de un giro a la derecha en Alemania Federal
En la sociedad alemana empiezan a manifestarse síntomas iniciales de una involución política a consecuencia de los sangrientos sucesos de la pasada semana. El secretario general de la Democracia Cristiana, Heiner Geissler, ha dicho a este respecto que «la imagen del comando GSG 9 para la lucha contra el terrorismo entusiasma a la juventud alemana, y su intervención en Somalia ha fortalecido la conciencia nacional alemana».
Por su parte, el general Baudissin, conde del mismo nombre y «padre del moderno ejército alemán», ha constatado un giro derechista en las fuerzas armadas y en la soci...
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En la sociedad alemana empiezan a manifestarse síntomas iniciales de una involución política a consecuencia de los sangrientos sucesos de la pasada semana. El secretario general de la Democracia Cristiana, Heiner Geissler, ha dicho a este respecto que «la imagen del comando GSG 9 para la lucha contra el terrorismo entusiasma a la juventud alemana, y su intervención en Somalia ha fortalecido la conciencia nacional alemana».
Por su parte, el general Baudissin, conde del mismo nombre y «padre del moderno ejército alemán», ha constatado un giro derechista en las fuerzas armadas y en la sociedad alemana.El termómetro para medir este giro cada vez más inconfundible será sin duda la postura del jefe del Gobierno de Baden-Württenberg, Fillbinger, a quien los partidos en el Gobierno y gran parte de la prensa alemana culpan de la falta de medidas de seguridad en la prisión de Stammheim, en que se encontraban recluidos los dirigentes de la organización Baader-Meinhof.
Ataque a los "escritores de izquierda"
El secretario general de la Democracia Cristiana, que respalda a Fillbinger, al igual que los jefes de las dos alas del mismo partido, Kohl y Strauss, han culpado también a los «escritores de izquierda y a una parte de la socialdemocracia» de tratar de boicotear un análisis profundo de las causas del terrorismo en la República Federal de Alemania, con lo que renace la campaña de difamación contra los llamados «simpatizantes», desatada una semana antes del asesinato de Schleyer.
La oposición conservadora no ve relación alguna entre el desempleo juvenil y el activismo armado en este país. En cuanto a la intervención del comando GSG 9 en Mogadiscio, Geisler ha comentado: «Una sola intervención ha devuelto a los ciudadanos de nuestro pueblo la esperanza perdida y la confianza en que el Estado pueda defender en el futuro la libertad y la seguridad de sus ciudadanos. »
El conde Baudissin es el segundo general que, en dos semanas, ha, subrayado la identidad de procesos hacia posiciones derechistas en el ejército y en la sociedad. El otro general fue el subinspector de las fuerzas armadas, al referirse a la algarada neonazi en la universidad militar de Munich. Baudissin, un general de origen y gustos franceses, ha dicho que el giro hacia posiciones más conservadoras es especialmente claro en la policía alemana. En cuanto al ejército dice que «no hay indicios de que la oficialidad opte por tendencias seriamente anticonstitucionales».
Como medio de frenar el auge de tendencias neonazis en la sociedad y en el ejército, Baudissin propone que «se tome más en serio que hasta ahora la educación popular» y que esta formación «alcance no sólo a los jefes de compañía en el ejército, sino también a toda la jerarquía militar».