Reportaje:Monte de El Pardo / y 3

Trece mil hectáreas, amenazadas por grandes urbanizaciones

En los terrenos libres del monte no se encuentran sólo edificaciones, instalaciones deportivas y, organismos oficiales. Varios organismos de defensa de la naturaleza han denunciado la existencia de un vertedero de basuras a la altura de Mingorrubio, en la margen izquierda del río, donde la acumulación de basuras llega casi al río Manzanares y está en trance de sepultar las encinas que crecen en sus orillas. En los últimos meses, el talud de escombros y residuos ha alcanzado una altura de cinco metros.Cerca del embalse de El Pardo, máquinas explanadoras alisan los montones de arena que desca...

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En los terrenos libres del monte no se encuentran sólo edificaciones, instalaciones deportivas y, organismos oficiales. Varios organismos de defensa de la naturaleza han denunciado la existencia de un vertedero de basuras a la altura de Mingorrubio, en la margen izquierda del río, donde la acumulación de basuras llega casi al río Manzanares y está en trance de sepultar las encinas que crecen en sus orillas. En los últimos meses, el talud de escombros y residuos ha alcanzado una altura de cinco metros.Cerca del embalse de El Pardo, máquinas explanadoras alisan los montones de arena que descarga una flotilla de camiones. Al mismo tiempo, otra máquina arranca bocados de la misma orilla del río, ensanchando su cauce. Las aguas son utilizadas para lavado de camiones y turismos, lo que aumenta la contaminación de las aguas residuales que todavía vierten entre El Pardo y Puerta de Hierro. Los residentes habituales del pueblo saben que hay zonas determinadas del río donde bañarse origina automáticamente picores y sarpullidos en todo el cuerpo.

Por último, a lo largo del río se observan, varios recintos vallados, al aire libre que sirven como depósitos de carbón.

También, desde la elevación del Cristo de El Pardo, se aprecia un pequeño terreno cubierto de césped, un pequeño campo de golf de tres agujeros, utilizados exclusivamente por el general Franco.

Cazadores no furtivos

Ya dentro de la zona vallada de El Pardo se ha denunciado u descenso peligroso de la vigilancia. Muchachos del pueblo, que conocen los mejores sitios para entrar y suelen pasear por el interior han visto trampas de caza y animales muertos o heridos por arma de fuego. Son los famosos cazadores furtivos del monte, que se pueden dividir en dos categorías. Los realmente furtivos, cuyo destino es el cuartelillo de la Guardia Civil caso de ser descubiertos, y los furtivos con nombres y apellidos, a cuyo paso lo más prudente es hacer la vista gorda. El mes de febrero, según, cuentan vecinos del pueblo, era el mes preferido por el general Franco para organizar la montería anual, y a lo largo del año se organizaban partidas de caza en las que participaban altas personalidades políticas y de la nobleza del régimen. El caso del nieto de Franco., Francisco Franco Martínez Bordiú, es ya demasiado conocido para volver sobre él.

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Los furtivos lo eran tan poco, que aún existen en zonas adentradas en el monte los puestos de observación desde donde se esperaba el paso de las piezas. En la oficina de prensa del Patrimonio Nacional confirman que está totalmente prohibida la caza en cualquier época del año, lo que excita la curiosidad ante los numerosos carteles de «Patrimonio Nacional. Coto de caza número 1 », colocados a lo largo de la valla.

Dentro del recinto existen también actividades industriales dedicadas a la extracción de arena con destino a las empresas constructoras de la capital, y una mina de estaño, explotada con la aquiescencia del Patrimonio, pero sin la necesaria autorización de la Jefatura de Minas. Detalles que reiteran el carácter de coto privado con que el Patrimonio administra los bienes nacionales.

También AEPDEN ha pedido que se prohiba tajantemente la práctica del motocross y el paso de automóviles a los terrenos libres, por constituir una amenaza muy seria para la conservación del suelo. Se ha pedido también que cesen los vuelos de reconocimiento de helicópteros y aviones sobre su cielo, debido a que en El Pardo subsisten aún ejemplares muy valiosos como el buitre negro o el águila imperial, prácticamente extinguidos en Europa, incluidos en nuestra legislación por el decreto sobre especies protegidas.

Cercar El Pardo

La gran amenaza para la conservación del sistema ecológico de El Pardo proviene de los dos grandes polígonos urbanizables que se levantarán en su limite sureste, y el sistema de carreteras y autopistas previstas en el Plan Especial de Infraestructura del Transporte, que lo atraviesan en su zona más cercana a Madrid. Los dos primeros, Ciudad Tres Cantos y polígono Valverde, están ya aprobados definitivamente, a no ser que en el segundo caso prosperen las alegaciones interpuestas por AEPDEN.

En el caso del Plan del Transporte, actualmente se está a la espera de la aprobación definitiva, una vez que cuenta con el visto bueno del Area Metropolitana.

Asimismo, en los límites con Las Rozas existe una finca de más de dosCientas hectáreas der nominada El Corzo, aunque conocida popularmente como El Aguila (parece que.antes era propiedad de uno de los accionistas de cervezas de este nombre), actualmente en manos del Ministerio de la Vivienda. Hasta el año, pasado se utilizaba como coto de caza, pero ahora se cree que el Ministerio tiene en proyecto dedicarla a promoción de viviendas sociales.

En Ciudad Tres Cantos, proyecto patrocinado por el Instituto Nacional de Urbanismo, la Diputación de Madrid y las Cajas de Ahorro, está aprobada la construcción de 30.000 viviendas, lo que hace una población de unas 100.000 personas, a una media de tres personas por familia. En el polígono de Valverde fijarán también su residencia otras l00.000 personas e instalarán sus dependencias oficiales varios Ministerios, entre ellos la Dirección General de Seguridad, Los propietarios del suelo, que en un primer momento y de cara a la opinión pública se presentaron como modestos, han formado una junta de compensación en la que figuran grandes inmobiliarias, con nombres tan conocidos como el de José Banús.

El aviso de alarma lanzado por AEPDEN se refiere a que El Pardo es el palo natural de las corrientes de aire fresco que vienen de la sierra de Guadarrama, por lo que una barrera de edificios que lo intrrceptaran sería un agravante tremendo para la descontami ación de Madrid.

Los accesos a estas ciudades sátélites, junto a la necesidad de la capital de contar con cinturones de circunvalación, han obligado al Area Metropolitana a la redacción del cuarto cinturón, uno de cuyos tramos, desde el nudo de La Zarzuela hasta Las Rozas, pasando cerca de Puerta de Hierro y del hipódromo de La Zarzuela, atraviesa la parte sur de El Pardo. En el mismo Plan de Infraestructura del Transporte se contemplan para el año 2.000 vairias autopistas de peaje, entre ellas la del noroeste, que lo atraviesan bastante más al norte.

En el último coloquio organizado por AEPDEN, celebrado el jueves de la semana pasada, se mencionó también la posibilidad de terminar la carretera de El Pardo hasta Guadarrama, paralizada en el kilómetro 17 desde 1935, aunque por ahora no hay ningún proyecto concreto.

En contrapartida, el señor Miranda, del Colegio de Ingenieros, se opuso a tal posibilidad y mencionó la conveniencia de salvaguardar todo el monte creando una especie de zonas intermedias de protección, que eviten que las edificaciones lleguen hasta la tapia. Se habló también de la protección de las especies animales, incluso construyendo islas artificiales en el embalse que permitan anidar a las aves migratorias.

Todo ello partiendo de la declaración de El Pardo como parque nacional, abierto al público en su totalidad -menos una zona interior reservada a la conservación de los animales- y realizando previamente una amplia campaña de cara a los potenciales usuarios que asegurara el respeto hacia los valores ecológicos y ambientales de todo el monte.

Para conseguir esta necesaria mentalización de los madrileños, AEPDEN ha propuesto una serie de actividades, desde organizar conferencias y charlas por los barrios, proyecciones de peliculas sobre las especies que ocupan el hábitat del monte, hasta montar puestos y tenderetes in situ, explicando a los visitantes la importancia que EL Pardo tiene en nuestra vida cotidiana y como lugar de recreo y esparcimiento. Iniciativas para las que se pedirá la ayuda de los organismos oficiales.

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