Malos tratos en la residencia de ancianos de la carretera de Colmenar
Algunos ancianos consultados por EL PAIS sobre los supuestos malos tratos infligidos sobre varios de ellos por personal de la Residencia de Ancianos «Francisco Franco», de la carretera de Colmenar Viejo, 13, se negaron a realizar por teléfono afirmaciones de ningún tipo, por temor a que sus testimonios fueran escuchados.
Sin embargo, información procedente de la Asociación de Jubilados y Pensionistas de Madrid señala que en el mencionado centro de albergue de ancianos se han dado recientemente anomalías en cuanto al trato de los residentes. Las mismas fuentes indican que cincuenta ancia...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Algunos ancianos consultados por EL PAIS sobre los supuestos malos tratos infligidos sobre varios de ellos por personal de la Residencia de Ancianos «Francisco Franco», de la carretera de Colmenar Viejo, 13, se negaron a realizar por teléfono afirmaciones de ningún tipo, por temor a que sus testimonios fueran escuchados.
Sin embargo, información procedente de la Asociación de Jubilados y Pensionistas de Madrid señala que en el mencionado centro de albergue de ancianos se han dado recientemente anomalías en cuanto al trato de los residentes. Las mismas fuentes indican que cincuenta ancianos tuvieron que soportar vejaciones por parte de un empleado de la entidad, ebrio, que, bajo amenazas, obligó a los citados residentes a formar como si fueran chicos de escuela.Es de destacar, asimismo, el argumento según el cual algún empleado de la Residencia habría amenazado a varios internos con la intervención de los ingresos dinerarios independientes de las pensiones que reciben. Fuentes solventes -que no quisieron identificarse- manifestaron la veracidad de estos hechos, si bien señalaron que las amenazas y el mal trato únicarnente han sido esgrimidos por un reducidísimo número de empleados del centro.
Hace meses, un anciano que falleció de muerte natural en su habitación permaneció cuatro días en su alojamiento sin que se percibiera su muerte. Este hecho fue interpretado como significativo del abandono hacia los residentes de este tipo de centros.