GENTE

Franco Tagiliapert,

dieciocho años ya gondolero, en Venecia, asegura que su profesión está en peligro de extinción. Cuando él inició su actual ocupación, existían en Venecia unas 2.000 góndolas, mientras que ahora no llegan a las cuatrocientas. Además, es cada vez más difícil manejar una góndola, con su único remo de popa, en medio de la densa oleada originada en los canales por el tráfico motorizado que ha ido sustituyendo a ese otro más romántico del remo....

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

dieciocho años ya gondolero, en Venecia, asegura que su profesión está en peligro de extinción. Cuando él inició su actual ocupación, existían en Venecia unas 2.000 góndolas, mientras que ahora no llegan a las cuatrocientas. Además, es cada vez más difícil manejar una góndola, con su único remo de popa, en medio de la densa oleada originada en los canales por el tráfico motorizado que ha ido sustituyendo a ese otro más romántico del remo.

Archivado En