GENTE

Angel Hidalgo,

obispo de Jaca, explicó así, en una reciente pastoral, las causas de la actual crisis de vocaciones: «Milagro sería el proceso normal de la vocación en el ambiente familiar, donde todo trabaja para ahogar la semilla. Las conductas domésticas, el poco o nulo respeto a los sagrados deberes de la sociedad conyugal, la atmósfera de hedonismo y el afán de lucro y bienestar material son las zarzas que ahogan aún la mejor intención y firme propósito. ¡Cuántas vocaciones han recibido el tiro de gracia por la labor corrosiva de maestros impíos, sembradores de la duda, de la indiferencia y de la apostas...

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obispo de Jaca, explicó así, en una reciente pastoral, las causas de la actual crisis de vocaciones: «Milagro sería el proceso normal de la vocación en el ambiente familiar, donde todo trabaja para ahogar la semilla. Las conductas domésticas, el poco o nulo respeto a los sagrados deberes de la sociedad conyugal, la atmósfera de hedonismo y el afán de lucro y bienestar material son las zarzas que ahogan aún la mejor intención y firme propósito. ¡Cuántas vocaciones han recibido el tiro de gracia por la labor corrosiva de maestros impíos, sembradores de la duda, de la indiferencia y de la apostasía.»

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