La futura democracia municipal

«En su declaración programática del día 11 de julio, el nuevo Gobierno anunció que convocará elecciones municipales antes de que termine el año. Lo cual significa que, a mucho tardar, los comicios para los Ayuntamientos democráticos se celebrarán dentro del primer trimestre de 1978.Con el compromiso así adquirido, el equipo Suárez no ha hecho otra cosa que recoger el clamor unánime para terminar cuanto antes con uno de los residuos más importantes del franquismo: las corporaciones locales orgánicas, formadas por los célebres tres tercios, y con alcaldes que, incluso para los últimamente...

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«En su declaración programática del día 11 de julio, el nuevo Gobierno anunció que convocará elecciones municipales antes de que termine el año. Lo cual significa que, a mucho tardar, los comicios para los Ayuntamientos democráticos se celebrarán dentro del primer trimestre de 1978.Con el compromiso así adquirido, el equipo Suárez no ha hecho otra cosa que recoger el clamor unánime para terminar cuanto antes con uno de los residuos más importantes del franquismo: las corporaciones locales orgánicas, formadas por los célebres tres tercios, y con alcaldes que, incluso para los últimamente elegidos fueron virtualmente designados a dedo.

Pero el Gobierno no se ha aclarado aún en cuestiones importantes sobre esas futuras elecciones. E incluso se ha rumoreado que con la pretendida intención de dar mayor celeridad al proceso de democraiización municipal, determinados círculos están propiciando la idea de que para reorganizar los Ayuntamientos bastará con algunos retoques en la ley de Bases del Régimen Local de 19 de noviembre de 1975. La misma que las Cortes del anterior Régimen aprobaron el día antes de la muerte del general Franco.

Tal pretensión resulta por completo inaceptable. Porque si bien esa ley de Bases continúa teóricamente en vigencia, no es menos cierto que corresponde a una estructura constitucional -la del franquismo- que ya no encaja con la realidad política y sociológica que ha empezado a configurarse en España tras las elecciones generales del 15 de junio.

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Los Ayuntamientos son instituciones suficientemente importantes como para que su futura formación no se vea influida por viejos expedientes legales que han quedado completamente obsoletos. Lo más lógico -y por ello mismo también lo más democrático- consiste en cambiar radicalmente los términos de la cuestión: que las Cortes elaboren con diligencia unas normas verdaderamente democráticas para las elecciones municipales que éstas se celebren en su momento; y que después, las Cortes con la cooperación de los nuevos Ayuntamientos constitucionales, reestructuren todo el régimen municipal ( ... )»

5 agosto

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