Cartas al director

Una mala defensa del aborto

El pasado día 13, ante los millones de españoles que nos sentamos ante el televisor a escuchar lo que los diferentes líderes políticos del país deseaban decirnos en el último momento de la campaña electoral, don Santiago Carrillo, en una alocución moderada y afable, en algunos momentos casi diría que bonachona, se permitió lanzar un juicio sobre los que son « abortistas», que me dejó estupefacta. En efecto, pretender que los hombres que no se declaran en favor de la legalización del aborto, es porque mandan a sus mujeres a abortar al extranjero es querer «minimizar» el tema de una manera absu...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El pasado día 13, ante los millones de españoles que nos sentamos ante el televisor a escuchar lo que los diferentes líderes políticos del país deseaban decirnos en el último momento de la campaña electoral, don Santiago Carrillo, en una alocución moderada y afable, en algunos momentos casi diría que bonachona, se permitió lanzar un juicio sobre los que son « abortistas», que me dejó estupefacta. En efecto, pretender que los hombres que no se declaran en favor de la legalización del aborto, es porque mandan a sus mujeres a abortar al extranjero es querer «minimizar» el tema de una manera absurda.

Don Santiago Carrillo sabe que en todos los países del mundo civilizado y libre, este tema ha provocado y sigue provocando graves controversias.

En España puede estar seguro de que ocurrirá lo mismo. El «aborto» no es cuestión de dinero sino de principios éticos y morales. El derecho a la vida de los concebidos, tendrá que admitir el señor Carrillo que será, cuando menos, tan sagrado como el derecho a la vida del condenado a muerte, o el derecho a la vida de los peces en las aguas, y de las aves y los animales en el medio ambiente. Y si en defensa de estos seres vivos se levantan multitud de voces, imagínese si no se van a levantar otras más fuertes y firmes en defensa de la vida humana.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Y en ese momento, y ahora, es una calumnia vergonzosa pretender que somos unos falsos los que vamos a defender la erradicación del aborto, proponiendo soluciones que lo hagan innecesario.

Como trabajadora y madre responsable de familia numerosa, como ciudadana en fin de este país que es de todos, le dijo a don Santiago Carrillo que «eso» no es jugar limpio.

Archivado En