La Universidad no responde

En la sección Cartas al director, del número del día 29 dejulio. del periódico que usted dirige. apareció un increíble alegato firmado por la Comisión Permanente de la Junta de Gobierno de la Universidad Complutenge de Madrid. Vaya por adelantado que es absolutamente inadmisible el hecho de que una comisión -que por definición está compuesta por una pluralidad de individuos- sea incapaz de producir algo más que un cúmulo de ataques personales en coniestación a un artículo que plantea -no entro en el fondo de si acertada o erróneamente- una serie de problemas que aceptan a la Universidad...

En la sección Cartas al director, del número del día 29 dejulio. del periódico que usted dirige. apareció un increíble alegato firmado por la Comisión Permanente de la Junta de Gobierno de la Universidad Complutenge de Madrid. Vaya por adelantado que es absolutamente inadmisible el hecho de que una comisión -que por definición está compuesta por una pluralidad de individuos- sea incapaz de producir algo más que un cúmulo de ataques personales en coniestación a un artículo que plantea -no entro en el fondo de si acertada o erróneamente- una serie de problemas que aceptan a la Universidad y a todos los universitarios. Indudablemente, no se le pueden exigir las mismas responsabilidades a un alumno, a un profesor no numerario a un catedrático, que a la Comisión Permanente de la Junta de Gobierno de una universidad. Y esta comisión lespresenta sus ataques personales como una demostración de que no es «insensible» ante el tema. Pues bien, no sólo la sensibilidad, sino ta m bién la obligación de la citada comisión ante el artículo «La Universidad agoniza » debía haber consistido en tomar nota -e intentar solucionarlas, ¡faltaría más!- de las lacras denunciadas, si es,que estas existen, o contestar contundentemente -esto es, con la contundencia de los datos-, si es que son falsas.Que,yo recuerde, el artículo origen de la carta, no contenía ni un solo ataque personal. Era un lamento sobre la situación que atraviesa la Universidad, desde la propia Universidad. Hay lamentos distintos y distintas versiones sobre los problemas de la Universidad. No tengo porqué compartir o disentir de las posiciones del autor del artículo, ni me compete a mí, entrar en el terreno -especlalmente resbaladizo en la Universidad- de defensas o ataques personales, en que ha colocado la cuestión, la repetida Comisión Permanente.

Si quiero señalar, sin embargo, que está muy lejos de la Universidad, quien sea capaz de rebatir como inciertas las afirmaciones de que apenas ninguna Facultad haya cumplido sus programas docentes en el último bienio, o que el proceso de contratación de los profesores no numerarios no haya funcionado correctamente el curso pasado.

Nadie tiene el monopolio de cuáles son las causas de esto y cuáles las posibles soluciones. Por eso, es ya hora de que entremos todos -universitarios y no universitarios- en el debate sobre nuestra Universidad que, indudablemente, agoniza; pero coloquemos el debate a un nivel adecuado de seriedad y responsabilidad. Nivel del que desgraciadamente dista mucho la carta de la repetida Comisión Permanente de la Junta de Gobierno de la Universidad de Madrid.

Profesor encargado de Curso

Universidad Complutense