Gente

Lynn Boswell,

inglesa, de veintiún años, ha solicitado el divorcio de su marido, Harry, por crueldad mental, según el veredicto del juez. Harry, hincha del Everton, club de fútbol, pintó todas las habitaciones de su casa en azul y blanco, los colores de su equipo, y llenó las paredes de carteles, pegatinas y banderas del club. Tras pintar en blanquiazul la fachada de su casa, Harry decidió que su mujer y su hijo no podían vestir más que los colores de su equipo. Su perro, alsaciano, fue vestido de futbolista. Al final, tras intentar en vano cambiar a su hijo su nombre por el del equipo, su mujer le d...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

inglesa, de veintiún años, ha solicitado el divorcio de su marido, Harry, por crueldad mental, según el veredicto del juez. Harry, hincha del Everton, club de fútbol, pintó todas las habitaciones de su casa en azul y blanco, los colores de su equipo, y llenó las paredes de carteles, pegatinas y banderas del club. Tras pintar en blanquiazul la fachada de su casa, Harry decidió que su mujer y su hijo no podían vestir más que los colores de su equipo. Su perro, alsaciano, fue vestido de futbolista. Al final, tras intentar en vano cambiar a su hijo su nombre por el del equipo, su mujer le dijo: «O yo o el Everton.» «Fue un duro golpe -confiesa el marido-, pero tuve que decidirme por el Everton.»

Archivado En