Campaña electoral: La batalla por Madrid

El último domingo electoral más tranquilo de lo esperado

La lluvia fue sin duda la protagonista del último fin de semana electoral. Madrid tardó más de lo normal en despertar y sólo lo hizo tímidamente después que de amainara el fuerte chaparrón que cayó en las primeras horas de la mañana. Esta lluvia fue la que presumiblemente apagó gran parte de la tensión que cabría esperar del último domingo de la campaña electoral.A primera hora de la mañana sólo se destacaba movimiento de gente y vehículos por las calles que confluyen a la autopista de La Coruña, zona de partida de autocares con destino a la fiesta que organizó en Torrelodones el Partido Comun...

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La lluvia fue sin duda la protagonista del último fin de semana electoral. Madrid tardó más de lo normal en despertar y sólo lo hizo tímidamente después que de amainara el fuerte chaparrón que cayó en las primeras horas de la mañana. Esta lluvia fue la que presumiblemente apagó gran parte de la tensión que cabría esperar del último domingo de la campaña electoral.A primera hora de la mañana sólo se destacaba movimiento de gente y vehículos por las calles que confluyen a la autopista de La Coruña, zona de partida de autocares con destino a la fiesta que organizó en Torrelodones el Partido Comunista.

Alrededor de las once de la mañana, una vez que amainó la lluvia, se observaron algunas caravanas de propaganda, en concreto de Alianza Popular y de Unión de Centro Democrático que partían de Madrid con dirección a la periferia.La de Alianza Popular recorrió Vallecas, barrio, pueblo, y se dirigió después hacia Arganda. A su paso por Vallecas la formaban catorce vehículos entre los que había particulares, furgonetas y algún Land Rover.

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La caravana de Unión de Centro Democrático la formaban a su paso por la carretera de Aragón, 32 vehículos, todos ellos particulares. Media hora más tarde, a su paso por Vallecas, la componían quince coches. Los objetivos de ambas comitivas fueron siempre la periferia madrileña, y no el centro, donde apenas se detectó movimiento alguno de coches de propaganda.

Esos únicos sitios donde se registró más movimiento del normal fue en las proximidades de los locales en que se celebraron casi cien mítines, pero siempre sin alteración alguna del orden.

En el rastro, casi abandonado, se alineaban cuatro vehículos que exhibían propaganda de Julio Llantada, concejal del Ayuntamiento madrileño y promotor del Partido Independientes de Madrid.

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Por la tarde, con la mejoría relativa del tiempo, se observó mayor movimiento de coches de propaganda, y en especial a partir de las ocho de la tarde hasta las diez de la noche, horas en las que coincidió la afluencia de coches que regresaban de la fiesta del PC con algunas caravanas de otros partidos.

En Gran Vía coches que regresaban de Torrelodones se encontraron con una caravana de vehículos de Falange Española de las JONS. Ambas caravanas, en opuesto sentido de marcha, recorrieron la Gran Vía varias veces y hubo momentos de tensión, tal vez los únicos de la jornada en el centro de Madrid. Hizo acto de presencia un reducido grupo de policía antidisturbios que no llegó a intervenir. Poco después las caravanas se separaron.

Otra característica de la jornada fue la escasez de gente joven que se observó, especialmente durante la mañana. La mayoría de las personas que circularon por el entro entre las 11 y las 3 de la tarde eran personas de mediana edad. La excepción de esto estuvo en Moncloa, donde predominó la gente joven.

En un bar. de Vallecas el paso de la caravana de Alianza Popular y Centro Democrático, no levantaron mucho interés, y hay alguien que incluso bromeó con la bandera blanca que llevaban los del Centro Democrático, a los que llamaban partidarios del Rayo Vallecano.

A última hora de la noche del domingo la policía informó que no había intervenido en ningún tipo de enfrentamientos por causas políticas. Una jornada tranquila.

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