Rafael Conte

se incorpora a EL PAIS en calidad de adjunto a la dirección. Es una noticia gratificante para quienes hacemos este periódico y beneficiosa para nuestros lectores. Rafael Conte es un periodista de raras cualidades; quienes bien le conocen —que son muchos— le tienen por rata de redacción y, a la vez, buda imperturbable. Procedente del viejo equipo que, a las órdenes de Jesús de la Serna, remozó y prestigió el diario Informaciones, lo ha sido casi todo en esta profesión; desde reportero a Hasta hace escasas fechas desempeñaba la corresponsalía de nuestro colega vespertin...

se incorpora a EL PAIS en calidad de adjunto a la dirección. Es una noticia gratificante para quienes hacemos este periódico y beneficiosa para nuestros lectores. Rafael Conte es un periodista de raras cualidades; quienes bien le conocen —que son muchos— le tienen por rata de redacción y, a la vez, buda imperturbable. Procedente del viejo equipo que, a las órdenes de Jesús de la Serna, remozó y prestigió el diario Informaciones, lo ha sido casi todo en esta profesión; desde reportero a Hasta hace escasas fechas desempeñaba la corresponsalía de nuestro colega vespertino en Paris.

Se le ve redactar con precisión y rapidez un editorial explicando por qué Marchais no quiere gobernar bajo Giscard aunque éste esté dispuesto a darle una cartera, y, junto a la máquina, se le pueden sorprender lar obras de Sade, el original de su última novela, sus excelentes traducciones del francés —El largo viaje, de Semprún, es un ejemplo ilustrativo— y las toneladas de meditaciones bibliográficas de su bien amueblada cabeza, que le han reputado como uno de los más solventes críticos literarios de este país. Si en adelante se advierte en EL PAIS una gota más de serenidad y madurez, sepan los lectores que es obra de todos nosotros.., y de Rafael Conte.