Religión

El compromiso de Cristo

El cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Tarancón, en la carta cristiana de esta semana, Amor y compromiso, recoge el sentido del mandamiento nuevo de Cristo, con motivo de la celebración, el Jueves Santo, del Día del amor fraterno.

«El amor es la virtud básica del cristianismo —señala en el comienzo de su carta el cardenal Tarancón—, decimos con frecuencia. Y la afirmación es exacta: amar a Dios, amando a nuestros hermanos, es el resumen de la ley de los profetas: es el gran precepto de Cristo, el mandamiento nuevo, como El mismo le llamó.»

«Per...

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El cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Tarancón, en la carta cristiana de esta semana, Amor y compromiso, recoge el sentido del mandamiento nuevo de Cristo, con motivo de la celebración, el Jueves Santo, del Día del amor fraterno.

«El amor es la virtud básica del cristianismo —señala en el comienzo de su carta el cardenal Tarancón—, decimos con frecuencia. Y la afirmación es exacta: amar a Dios, amando a nuestros hermanos, es el resumen de la ley de los profetas: es el gran precepto de Cristo, el mandamiento nuevo, como El mismo le llamó.»

«Pero hemos ensayado entre todos un amor que no nos compromete o que no nos compromete más que en una dirección determinada. Y creemos que amando de esta manera —hay un fondo de egocentrismo, de egoísmo, en esa praxis de amor— cumplimos con la ley y nos conformamos plenamente con el Evangelio. Y sin darnos cuenta hemos desacreditado lo más grande, lo más divino: el amor.»

«Cristo amó —añade el prelado—, comprometiéndose con los pecadores: asumiendo su pecado —se hizo pecado, nos dirá con frase grave, casi escandalosa, San Pablo— para pagar en su propia carne el castigo que merecían los demás. »

«Cristo se comprometió con los pobres: asumiendo la pobreza de su vida personal y exigiendo la pobreza de espíritu a quienes pretendieron seguirle.»

«Cristo se comprometió con el mundo: fue enviado al mundo para salvarle y entró en la historia del mundo para que todas las cosas se recapitulasen en Él.»

« ¿Hasta qué punto estamos pronto para comprometernos en la atención de todos los marginados sociales —a los subnormales, a los hijos sin hogar, etcétera—, para procurar una convivencia social en la que todos encuentren su oportunidad en cualquier orden de la vida, para defender los derechos y libertades legítimas de todos los hombres; para conseguir que todos puedan vivir dignamente: tengan una vivienda apropiada, puedan intervenir en los problemas comunes, etcétera?»

«Pero amar no consiste tan sólo en orar, en dar limosna, en ofrecer alguna ayuda. Amar es comprometerse para conseguir el bien de los demás, como lo hizo Cristo.»

«A todos se nos pide que asumamos las tribulaciones, las angustias, las necesidades de los demás; que estemos dispuestos a servirle aunque no recibamos ninguna recompensa por ese servicio.»

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