Temas comunitarios en la visita del ministro italiano de Comercio

Las actuales y futuras relaciones de España con la Comunidad Económica Europea, previas a una total integración española, constituyen el núcleo esencial de la visita oficial del ministro de Comercio italiano, Rinaldo Ossola, que llegó a mediodía del domingo a Madrid.

Ayer, el ministro italiano primer componente económico del Gabinete de Roma que visita España en los últimos cuarenta años, se entrevistó en dos ocasiones con su colega español, José Lladó, con el gobernador del Banco de España, José María López de Letona, y asistirá a un almuerzo en la sede de la Cámara de Comercio. Esta m...

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Las actuales y futuras relaciones de España con la Comunidad Económica Europea, previas a una total integración española, constituyen el núcleo esencial de la visita oficial del ministro de Comercio italiano, Rinaldo Ossola, que llegó a mediodía del domingo a Madrid.

Ayer, el ministro italiano primer componente económico del Gabinete de Roma que visita España en los últimos cuarenta años, se entrevistó en dos ocasiones con su colega español, José Lladó, con el gobernador del Banco de España, José María López de Letona, y asistirá a un almuerzo en la sede de la Cámara de Comercio. Esta mañana será recibido por el presidente Suárez.A su llegada a Madrid, el ministro italiano se sintió complacido por el proceso democratizador español y el cambio de óptica respecto de su integración en Europa, ya que desde una postura exclusivamente asociativa se había llegado a una voluntad española de participación en el proceso de integración política y económica del continente.

Rinaldo Ossola se refirió también a otros temas secundarios que, junto al esencial de las relaciones entre España y la CEE, serían objeto de debate con las autoridades españolas. Entre ellos, la extensión a doscientas millas de las aguas jurisdiccionales comunitarias, los aspectos específicos de chirla y mejillón, que afectan a ambos países y algunos otros, como las relaciones futuras con el FMI. Se refirió también al sector agrícola, en el que aparentemente existe una total oposición de criterios pero en el que los intereses a medio plazo coinciden perfectamente, porque España e Italia están a favor de la formulación urgente de una política agrícola mediterránea.

Respecto al importante déficit del comercio español con Italia, que alcanzó los 300.000 millones de liras -21.000 millones de pesetas- en 1976, se mostró comprensivo con la preocupación española, por su déficit comercial generalizado, pero recordó que también la economía italiana soportaba un notable déficit exterior.

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