El secretario del Sindicato del Transporte, presunto instigador de la matanza de Atocha

El secretario del Sindicato Provincial del Transporte de Madrid, Francisco Albadalejo Corredera, ha sido detenido junto con otras seis personas acusados por su participación en el asesinato de cinco abogados laboralistas, en el despacho de la calle Atocha, 55, de Madrid, el pasado 24 de enero. De los detenidos, José Fernández Cerra, vendedor, Carlos García Julia, empleado y Fernando Lerdo de Tejada, estudiante, son acusados como presuntos autores materiales del quíntuple asesinato. El señor Albadalejo aparece como presunto cabecilla e instigador de la operación.

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El secretario del Sindicato Provincial del Transporte de Madrid, Francisco Albadalejo Corredera, ha sido detenido junto con otras seis personas acusados por su participación en el asesinato de cinco abogados laboralistas, en el despacho de la calle Atocha, 55, de Madrid, el pasado 24 de enero. De los detenidos, José Fernández Cerra, vendedor, Carlos García Julia, empleado y Fernando Lerdo de Tejada, estudiante, son acusados como presuntos autores materiales del quíntuple asesinato. El señor Albadalejo aparece como presunto cabecilla e instigador de la operación.

Más información

Esta información fue facilitada ayer en una rueda de prensa que tuvo lugar en la Dirección General de Seguridad, y a la que asistieron el director general, el gobernador civil y el jefe superior de Policía de Madrid.Según una nota oficial facilitada ayer mismo, las sospechas de la policía se centraron en gentes relacionadas con el transporte, toda vez que los asesinos se presentaron en el despacho laboralista, preguntando por Joaquín Navarro, trabajador de Empresas Privadas de Transportes de Viajeros, y que se había distinguido por su acción favorable al mantenimiento de la huelga que por aquellas fechas mantenían los trabajadores de aquel sector.

De acuerdo con la nota policial los investigadores llegaron a conocer que el secretario, del Sindicato de Transportes de Madrid -señor Albadalejo Corredera- estaba realacionado «con un grupo de personas» y que sobre éstas «ejercía presion ascendente e influencia». Se supo también que éste grupo poseía armas cortas de fuego.

Una vez establecida «la existencia de este Grupo» -la nota oficial no entra en pormenores sobre el mismo, aunque curiosamente lo individualiza escribiéndolo con mayúscula- y su frecuente relación con Francisco Albadalejo, se obtuvieron fotografías que fueron mostradas a los heridos supervivientes del atentado y -añade la nota policial- «éstos fijaron la posibilidad de que participaran directamente en los hechos José Fernández Cerra, de 31 años, vendedor, con domiciIio en Madrid; Carlos García Julia, de veintiún años, empleado administrativo, con domicilio en Madrid, y Fernando Lerdo de Tejada Martinez, de veintidós años, estudiante y también con domicilio en Madrid».

Inmediatamente después -y siempre siguiendo la nota oficial- se procedió a la detención de las siguientes personas:

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En Madrid, Francisco Albadalejo Corredera, Leocadio Jiménez Caravaca y Simón Ramón Fernández Palacios, en Almería, José Fernández-Cerra, Carlos García Julia y Gloria Herguedas Herrando, y en Murcia, Fernando Lerdo de Tejada Martínez.

La nota policial añade que «en los registros practicados se han intervenido numerosas armas cortas y largas de fuego, gran cantidad de munición y otros efectos», aunque no da ningún tipo de detalle sobre el armamento. En fotografías facilitadas por la propia Dirección General de Seguridad pueden contarse dieciocho pistolas de distinto tipo, siete escopetas y rifles fundas para pistolas y otros objetos que no se identifican con precisión en las fotografías.

Los hechos oficiales

Tras este relato personal la nota oficial entra en la descripción de los hechos, y arranca de la declaración de Francisco Albadalejo, según la cual era objeto de amenazas anónimas que él atribuía a Joaquín Navarro, «por lo que encargó a sus amigos José Fernáridez Cerra y Carlos García Julia que tomaran represalias contra Joaquín Navarro Fernández" y les facilitó el lugar donde podían encontrarlo.Los individuos encargados del cometido se presentan en el despacho laboralista, junto Fernando Lerdo de Tejada. Los tres van armados «con sendas pistolas, si bien -dice la nota- el último de ellos carecía de munición». Este se queda en la puerta del despacho, para proteger la retirada de los otros dos. A Carlos García «se le disparó el arma que portaba; atravesándole la manga del anorak que llevaba puesto, aunque sin producirle herida alguna» y ello mientras recorría las habitaciones del piso por si encontraba alguna persona más de los ocho abogados y un empleado administrativo que su compañero mantenía encañonados.

«Al regresar Carlos García Julia al salón, donde José Fernández Cerra mantenía bajo vigilancia a las nueve personas, ambos asaltantes dispararon sus armas indiscriminadamente sobre el mencionado grupo de personas.» La nota añade que «Fernando Lerdo de Tejada no efectuó disparo alguno, pues como antes se indicó la pistola que portaba carecía de munición para ello ».

Más tarde, los agresores siguen haciendo vida normal en Madrid, pero alarmados por alguna información que relacionaba la matanza con el sector del transporte, huyen.

La nota termina señalando que a Gloria Herguedas se le intervino una pistola que le había dado a guardar Carlos García y que fue la que utilizó en el asalto y que previamente entregó al secretario del sindicato, señor Albadalejo, que sustituyó el cañón del arma, para evitar su identificación.

A Leocadio Jiménez se le ha intervenido una pistola y fue quien vendió el arma que utilizó en el asalto Carlos García. Simón Ramón-Fernández -otro de los detenidos- estaba en posesión de varias armas cortas, sin licencia, y conocía la participación de los anteriores en los hechos.

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