Cartas al director

Sobre Espinosa

En el número correspondiente al domingo 20.de febrero apareció un docto artículo firmado por Carlos Gurméndez, que es como recordatorio del tricentenario de la muerte, .al par que homenaje en honor del gran filósofo, uno de los mayores de todos los tiempos, tan ligado a lo español, que fue Benito de Espinosa, y cuyo origen pregona su apellido. Plácemes se merece quien -para evitar lamentables olvidos, silencios o simplemente tardías recordaciones, como tantas veces ocurre- dio ese enérgico aldabonazo con el fin de despertar las conciencias dormidas u olvidadizas, lo cual implica ya de por sí u...

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En el número correspondiente al domingo 20.de febrero apareció un docto artículo firmado por Carlos Gurméndez, que es como recordatorio del tricentenario de la muerte, .al par que homenaje en honor del gran filósofo, uno de los mayores de todos los tiempos, tan ligado a lo español, que fue Benito de Espinosa, y cuyo origen pregona su apellido. Plácemes se merece quien -para evitar lamentables olvidos, silencios o simplemente tardías recordaciones, como tantas veces ocurre- dio ese enérgico aldabonazo con el fin de despertar las conciencias dormidas u olvidadizas, lo cual implica ya de por sí un mérito indiscutible. Es también el resultado de bastantes horas de estudio y precisamente de materias abstrusas. Naturalmente, ni las forzosas limitaciones de espacio ni el estilo mismo periodístico permitían un trabajo más extenso, no digamos ya exhaustivo.El domingo 8 de marzo, apareció una breve carta firmada por el docente de Filosofía, «subscriptor y accionista» de EL PAIS, doctor José Luis Abellán, en que censura el titular de dicho artículo («Benito Espinosa, el primer filósofo español de¡ exilio»,) porque «no responde a la verdad en ninguno de sus extremos».

El que subscribe, que no es subscriptor (aunque sí lector asidua), ni tampoco «accionista» de EL PAIS, ni tiene tampoco el honor de conocer al señor Gurméndez, se cree también con derecho, por no decir deber moral, de salir a la palestra para redargüir a J. L. A.

Supongo que éste concederá al menos que el nombre, Benito (equivalente y traducción del hebráico Baruc, con que también se le designa) «responde a la verdad». Lo de «español», que el interpelante niega, si bien añade «aunque fuera de origen español», fundándose en que nació en Amsterdam, lo declara y aclara netamente el articulista al principio. Quizá no esté de más recordar que sefardí -y lo era, evidentemente Espinosa- viene a ser sinónimo de «español» (o judeo-portugués) aplicado a esa gran familia de «españoles sin patria», como los llamó acertadamente el doctor Pulido, y tengo muy valiosos y copiosos testimonios de sefardíes que se consideraban, o se consideran, como auténticos españoles por su psicología, cultura, abolengo, etcétera, etcétera. De paso, me permitiría añadir, a fuer de burgalés, que hay enciclopedias judías y autores que señalan como patria y residencia de los antepasados de Espinosa la villa de Espinosa de los Monteros, de la provincia de Burgos.

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Lo de que Espinosa «no fue ex¡.liado» no se aviene con la denominación de «Tercer gran exilio», como los judíos llaman la expulsión de 1492. Si fue o no fue «el primer filósofo (español) del exilio», sólo diría yo,que esto es muy elástico, aparte de no ser tan trascendental, y que desde luego no procede incluir en esa categoría a Luis Vives, quien como expresamente escribe el académico profesor Domínguez Ortiz, gran autoridad en estas materias, «se expatrió muy joven de España y no quiso volver a ella, vivió en Francia y en Brujas». León Hebrero (o Judá Abravanel), el famoso autor de los Diálogos de amor, se diluye en la masa de los expulsados, y no tiene en modo alguno el relieve personal que Espinosa. Finalmente, Francisco Sánchez, tercero de los tres citados, no sabemos hasta qué'punto deba ser considerado como «filósofó exiliado»

Pero lo que sí quisiéramos destacar -y quizá habría sido más acertado limitarsela ello- es que nos parece lamentable espigar dichas minucias, que ya hemos visto no se ajustan demasiado a la verdad, cuando tantísimo se podría decir, y más por un profesor de Filosofía, que «lleva muchos años dedicado al tema de la Filosofía española», sobre Benito de Espinosa.

Catedrático de Universidad

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