Cartas al director

Funcionarios, no esclavos

Hace unos días he percibido mis 13.000 pesetas de paga extraordinaria. Corresponden a un funcionario con 35 años de servicio y que pertenece a un cuerpo especial con la categoría de ejecutivo. Con ser tan triste, es una de tantas situaciones a que nos encontramos sometidos la mayoría de los trabajadores de la Administración del Estado.Es urgente y necesario adaptar esta Administración a una verdadera situación democrática. Todavía existen esos vergonzosos repartos que van de las 1.800 a las 8.000 pesetas mensuales por realizar idénticos servicios. Someter a nuestros superiores a un control, in...

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Hace unos días he percibido mis 13.000 pesetas de paga extraordinaria. Corresponden a un funcionario con 35 años de servicio y que pertenece a un cuerpo especial con la categoría de ejecutivo. Con ser tan triste, es una de tantas situaciones a que nos encontramos sometidos la mayoría de los trabajadores de la Administración del Estado.Es urgente y necesario adaptar esta Administración a una verdadera situación democrática. Todavía existen esos vergonzosos repartos que van de las 1.800 a las 8.000 pesetas mensuales por realizar idénticos servicios. Someter a nuestros superiores a un control, incluso judicial, para que se vayan olvidando de ese autoritarismo más propio de una situación fascista que de la actual.

Que esos repartos de cualificaciones, puntos, niveles, jefaturas, etcétera, que se otorgan, como todos conocemos, desaparezcan, pues nuestros ingresos no pueden depender de las amistades o simpatías de nuestros jefes. Que se ponga en vigor la ley de Retribuciones de 31-1965, con lo que podríamos percibir un sueldo digno, ya que actualmente solamente unos cuantos son los que gozan de una situación de privilegio, dando lugar a la irritante situación de que entre funcionarios de similar categoría existan diferencias abismales.

En fin, que pasemos de la situación de esclavos, en que todavía estamos, a la de funcionarios con los medios suficientes para llevar nuestro cargo con toda dignidad, que podamos disfrutar de esos derechos humanos de los que gozan en cualquier país civilizado y que yo con mis 56 años sólo conozco de oídas.

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