Reapertura española hacia el mundo árabe

El domingo parte para una visita oficial a Túnez el ministro español de Asuntos Exteriores, don Marcelino Oreja. Este viaje es la avanzadilla de una nueva apertura diplomática de España hacia los países árabes, que se irá marcando por otras visitas: la del presidente del Gobierno, don Adolfo Suárez, en este mes, a Egipto, Siria e Irak, y la del Rey, en la primavera, a Egipto, Jordania y Arabia Saudí.Esta apertura está siendo contemplada por la diplomacia española como una prueba de que España se halla en condiciones políticas de medir sus pasos hacia Europa y la comunidad atlántica, de acuerdo...

El domingo parte para una visita oficial a Túnez el ministro español de Asuntos Exteriores, don Marcelino Oreja. Este viaje es la avanzadilla de una nueva apertura diplomática de España hacia los países árabes, que se irá marcando por otras visitas: la del presidente del Gobierno, don Adolfo Suárez, en este mes, a Egipto, Siria e Irak, y la del Rey, en la primavera, a Egipto, Jordania y Arabia Saudí.Esta apertura está siendo contemplada por la diplomacia española como una prueba de que España se halla en condiciones políticas de medir sus pasos hacia Europa y la comunidad atlántica, de acuerdo con el ritmo de su afirmación en otras áreas.

España ha considerado en primer lugar la visita a Túnez debido a la promoción que este país realiza en favor de medidas estabilizadoras del Magreb y de cooperación mediterránea. En efecto, Túnez ha sido requerido sucesivamente por Argelia y Libia para intentos unificadores que han sido declinados por el presidente Burguiba hasta la obtención de un consenso general de los países magrebíes, el cual ha sido impedido hasta ahora, sobre todo, por el antagonismo argelino-marroquí así, renunciando a acciones económicamente atractivas como la unión con la rica Libia, o politicamente comprometidas, como la unión con Argelia, Túnez se ha mantenido.en-una posición de expectativa creadora ante la unidad, sin desequilibrar el conjunto.

El viaje de Suárez y del Rey deben contemplarse como operaciones d e interés no sólo regional, sino internacional, con un potencial significado económico.

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