Las divergencias en el seno de la OPEP

«Si la OPEP respondiera sólo a criterios económicos, el incremento del precio del petróleo sería, aproximadamente, de un 30%.» Un experto de la Organización de Países Exportadores de Petróleo hablaba así en la sede de Viena a principios de septiembre pasado. Todavía no se habían desencadenado las especulaciones sobre la decisión que se debate en Qatar.Por encima de los ataques lanzados por los países occidentales -con Estados Unidos en cabeza- sobre la responsabilidad de la OPEP al amenazar el deterioro de la economía mundial, han prevalecido las divergencias en el seno de la propia org...

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«Si la OPEP respondiera sólo a criterios económicos, el incremento del precio del petróleo sería, aproximadamente, de un 30%.» Un experto de la Organización de Países Exportadores de Petróleo hablaba así en la sede de Viena a principios de septiembre pasado. Todavía no se habían desencadenado las especulaciones sobre la decisión que se debate en Qatar.Por encima de los ataques lanzados por los países occidentales -con Estados Unidos en cabeza- sobre la responsabilidad de la OPEP al amenazar el deterioro de la economía mundial, han prevalecido las divergencias en el seno de la propia organización. Desde las posturas extremas defendidas por Irán y Venezuela,- partidarios de un aumento del 25%- -hasta la moderación mantenida por Arabia Saudita actualmente.

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El jeque Jamani, ministro saudí del Petróleo, ha sido la figura más representativa de la prudencia en el aumento del precio del crudo. Una moderación interesada o con reservas, según se entienda la postura de no basarse en los criterios exclusivamente económicos: «Nosotros necesitamos una economía fuerte en los, países occidentales para alcanzar los objetivos industriales y de desarrollo que nos hemos fijado dentro de Arabia manifestó a Business Week.

«No aceptaremos una subida superior al 10%.» Y posee métodos para ello. Arabia Saudita podría, ella sola, detener una decisión sobre el petróleo, por la gran dependencia que existe del denominado crudo ligero de Arabia en el sistema de determinación de los precios. Pero la moderación de Yamani también responde a razones más tácticas: los temores a ver cómo sus vecinos, por ejemplo Irán, se arman hasta los dientes.

Mientras tanto, los países que se basan en criterios económicos argumentan que para defender la capacidad adquisitiva de los países productores de petróleo no existe otra alternativa que incrementar el precio del oro negro. Si la inflación en los productos industriales ha llegado en algunas ocasiones a un ochenta por ciento, una subida de un treinta por ciento contribuye a preservar el poder de compra de los miembros de la OPEP. Además, esta subida del precio del crudo restringiría la demanda, contribuyendo así a detener la explotación excesiva de los yacimientos petrolíferos.

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