GENTE

Venancio Marcos,

presbitero, en carta abierta a un diario madrileño y refiriéndose al asalto sufrido por dos escritores noveles en el Café Gijón: «Si se lo merecían como personas ¿vamos a no vapulearles por ser escritores y, sobre todo, noveles?» Y sobre el calificativo de indeseables, aplicado a los asaltantes de cosas y personas: «¿Indeseables esos guerrilleros? ¿No serán mucho más indeseables, muchos de los periodistas de EL PAIS, Diario 16, Cambio 16, Opinión, Posible, Cuadernos para el diálogo y otros mulchos y pasan por personas deseables?» «Además -cóncluye el buen Padre- recuerdo que ante...

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presbitero, en carta abierta a un diario madrileño y refiriéndose al asalto sufrido por dos escritores noveles en el Café Gijón: «Si se lo merecían como personas ¿vamos a no vapulearles por ser escritores y, sobre todo, noveles?» Y sobre el calificativo de indeseables, aplicado a los asaltantes de cosas y personas: «¿Indeseables esos guerrilleros? ¿No serán mucho más indeseables, muchos de los periodistas de EL PAIS, Diario 16, Cambio 16, Opinión, Posible, Cuadernos para el diálogo y otros mulchos y pasan por personas deseables?» «Además -cóncluye el buen Padre- recuerdo que antes de 1936, también llamaban muchos indeseables, a los valientes seguidores de José Antonio, quienes hacían cosas mucho más graves que la de vapulear a intelectuales del tipo del café Gijón.»

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