Un joven muerto y dos heridos por un guardia civil de paisano y fuera de servicio

, Cuarenta y ocho horas después no han logrado aclararse las circunstancias que rodean al altercado ocurrido en el club Bordatxo de la localidad navarra, de Santesteban, en donde José Roca, guardia civil de paisano, mató de un disparo de pistola al joven Santiago Navas -diecinueve años, natural de Guerendiain (Navarra) , hiriendo gravemente de dos tiros al joven de diecinueve años José Javier Nuín y de escasa consideración a José Antonio Diez, antes de ser linchado por un grupo de jóvenes presentes en la sala.

La versión oficial, ofrecida por la Comandancia de la Guardia Civil de Pamplo...

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, Cuarenta y ocho horas después no han logrado aclararse las circunstancias que rodean al altercado ocurrido en el club Bordatxo de la localidad navarra, de Santesteban, en donde José Roca, guardia civil de paisano, mató de un disparo de pistola al joven Santiago Navas -diecinueve años, natural de Guerendiain (Navarra) , hiriendo gravemente de dos tiros al joven de diecinueve años José Javier Nuín y de escasa consideración a José Antonio Diez, antes de ser linchado por un grupo de jóvenes presentes en la sala.

La versión oficial, ofrecida por la Comandancia de la Guardia Civil de Pamplona es la siguiente:«Sobre las 3.15 horas del día de hoy, en la sala de fiestas Bordatxo, de Santesteban, surgió una reyerta en la que resultó muerto por herida de bala en el torax Santiago Navas Aguirre, de veintiún años de edad, labrador, natural de Gtierendiain (Navarra).

Grave, por dos heridas de bala en la región abdominal, José Javier Nuin Azcárate, de dieciocho años, labrador; otro herido leve, José Antonio Díaz Díaz, de 37 años, de Vera de Bidasoa, y el guardia civil del puesto de Vera de Bidasoa, José Roca Díaz, también grave, con múltiples contusiones y hematomas.

A excepción del herido leve, todos ingresaron en el Hospital Provincial de Pamplona.

Según manifestaciones del personal de la sala y testigos, en la hora indicada se produjo en la pista de baile un incidente entre Antonio Freije, natural de Asturias y minero en Vera de Bidasoa, y seis o siete jóvenes hasta ahora desconocidos, que pasaron de las palabras a los golpes.

Cerca del incidente estaba el guardia civil Roca, que había ido a la sala sin misión de servicio, vestido de paisano y en compañía deAntonio Freije, -por ser paisano suyo. El guardia, que fue atacado, sacó su pistola, efectuando varios disparos, alcanzado a las tres personas antes citadas.

A poco, y cuando se retiraba, fue abordado por un grupo de asistentes, hasta dejarle inconsciente, y fue ingresado en la unidad de vigilancia intensiva del Hospital Provincial de Pamplona.

Se instruyen diligencias, que serán puestas a disposición judicial.»

Por su parte, la juventud de Uzama, en una nota repartida en el funeral del joven Santiago Navas, explica el caso de forma diametralmente opuesta a la versión oficial. Por su interés la reproducimos integra:

«En la noche del 27 al 28 de noviembre, después de una cena de amigos, los quintos de Uzama, fueron al Bordatxo de Santesteban a divertirse con toda normalidad.

Bailaban en cuadrilla y los empujones y pisotones, normales en estos casos, molestaron a ciertos elementos que coincidieron en la fiesta. A pesar de las disculpas no paró la cosa y llegaron a las manos. A reñir a la calle, les dijo el camarero y salieron a la calle, pero los amigos sirvieron de freno y volvieron sin más a la sala.

La tragedia ocurrió acto seguido, cuando un tercero, en medio de la confusión festiva sacó la pistola y disparó a bocajarro sobre Santiago Navas, de Guerendiain, dejándolo herido de muerte. Después disparó sobre Javier Nuin que quedó tendido en el suelo, sobre quien volvió a disparar como para rematarlo.

Otro tiro alcanzó a un joven baztanés. Y no pudo emplear las otras balas porque se le encasquilló la pistola. Cundió el pánico y la indignación. Le arrebataron la pistola al individuo y una cuadrilla se echó sobre él.

La sorpresa final fue al comprobar en su documentación que se trataba de un guardia civil, de veintidós años, casado, que ejerce sus servicios en Vera de Bidasoa.»

Esta es la versión, podría decirse, de los compañeros y conocidos del joven muerto, si bien es cierto que los más directos testigos del caso se niegan a hablar por el momento.

No estaba en la cama

No obstante, hay varios puntos coincidentes entre las versiones recogidas de familiares de las víctimas, amigos y testigos de Santesteban (Pamplona) y de la localidad de Guerendiain, que aportan datos que pueden ser de fundamental interés.La familia no acaba de creerse la muerte de Santiago, un joven trabajador y serio que salía poco de casa.

Santiago Navas y un buen grupo de jóvenes del valle de la Ulzama se fueron para Santesteban a bailar en la sala de fiestas Bordatxo.

En el interior del club se repetían las típicas escenas de una sala de fiesta a altas horas de la mañana. Allí estaba, vestido de paisano, el guardia civil José Roca, que acompañaba a un amigo minero en Vera de Bidasoa, Antonio Freije. Según testimonio de algún empleado del club «en un momento determinado José Roca salió a la pista con un vaso, con evidentes muestras de estar ebrio». Los empleados le llamaron la atención, y tras identificarse -afirman estos testigos- pidió disculpas a los mismos.

El altercado se había producido en medio de la pista y en un abrir y cerrar de ojos. Hay jóvenes que estaban a cuatro metros y no vieron nada. «Cosas normales de los bailes -nos contaba un joven de Santesteban-, se chocan y se lían a bofetadas: Cuatro copas y cuatro bofetadas. Eso ocurre todos los días a esas horas en ese club. Todo sucedía por culpa de una bobada.»

Sea como fuere, en unos segundo José Roca, en medio de una gran confusión, disparaba a bocajarro su pistola contra Santiago Navas, que se derrumbaba sobre la pista. «Cuando vi que disparaban contra mi compañero me abalancé sobre el agresor, que me disparó. Vaya par de tiros que me han dado esos...», éstas serian las primeras palabras que dijo José Javier Nuín, de dieciocho años, labrador, al recobrar el conocimiento en el Hospital Civil de Navarra, al verse libre de los gruesos tubos con que asistían su respiración. José Javier Nuín -afirma el testigo presencial- había recibido un segundo tiro en el suelo.

Enorme confusión

La confusión fue enorme en breves segundos. Mientras la gente gritaba y corría, José Roca tuvo tiempo aún de hacer un cuarto disparo contra José Antonio Díaz. Cuando paró la música y se encendió la luz, la primera parte del drama se había consumado. El guardia civil José Roca fue entonces pateado por jóvenes asistentes y sacado a golpes a la calle.Antonio Freire -afirman testigos- habría escapado del linchamiento huyendo por el monte.

Serían alrededor de las 4.30 de la madrugada del domingo, cuando llegaba al Hospital Civil de Navarra Santiago Navas, que ingresó cadáver. A las cinco lo hizo José Javier Nuín, que presentaba heridas por arma de fuego en el cuadrante superior derecho -dos disparos que salían por la base del hemitórax derecho- con shock interno traumático. Diagnóstico muy grave.

Media hora después llegaba al mismo hospital el guardia civil José Roca, que presentaba conmoción cerebral y contusiones generalizadas, con pronóstico grave.

A las cuatro de la tarde, Guerendiáin, pequeña localidad del valle de la Uzama, en donde nació y vivía Santiago Navas, se llenó de gentes deseosas de despedir al desgraciado joven.

En la parte posterior de la iglesia, junto a la casona, domicilio de Santiago, se celebró el funeral.

Nota del Gobierno Civil

Al guardia civil José Rica Díaz se le han instruido las correspondientes diligencias para su entrega a la autoridad judicial competente, quedando entretanto en situación de arrestado, según se pone de manifiesto en una nota oficial del Gobierno Civil de Navarra que amplía la de la comandancia de la Guardia Civil.En dicha nota se aclara que el guardia civil autor de los disparos, «sin estar de servicio y sin autorización de sus superiores acompañaba, en plan de diversión, al grupo de mineros.»

La nota afirma también que «las informaciones facilitadas por testigos presenciales de los hechos aseguran que estos no tuvieron otro motivo más que la discusión y el enfrentamiento personal entre ambos grupos de jóvenes, lo que degeneró en la situación de violencia producida».

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