Andreotti destaca los "aspectos positivos" del PC italiano

Unas declaraciones sobre los comunistas italianos hechas días pasados a la revista americana Business Week por el primer ministro italiano, Giulio Andreotti, mal recogidas e interpretadas, han movido al astuto político italiano a precisar su pensamiento en una entrevista publicada el domingo pasado por el diario conservador Il Giornale de Milán.

Andreotti otorga un valor «positivo» a los siguientes aspectos de la política de los comunistas: la aceptación del Pacto Atlántico, su posición diferente, en relación con los comunistas franceses, respecto de la Comunidad Europea, el reconoc...

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Unas declaraciones sobre los comunistas italianos hechas días pasados a la revista americana Business Week por el primer ministro italiano, Giulio Andreotti, mal recogidas e interpretadas, han movido al astuto político italiano a precisar su pensamiento en una entrevista publicada el domingo pasado por el diario conservador Il Giornale de Milán.

Andreotti otorga un valor «positivo» a los siguientes aspectos de la política de los comunistas: la aceptación del Pacto Atlántico, su posición diferente, en relación con los comunistas franceses, respecto de la Comunidad Europea, el reconocimiento de que frenar los gastos públicos no es una maniobra reaccionaria, sino una exigencia de buen Gobierno, y su política de respeto hacia las Fuerzas Armadas.Interrogado sobre si esta postura comunista puede ser más una táctica que una estrategia, Andreotti responde: Sería una tontería ignorar la historia del comunismo internacional y considerar una meta lo que no es más que un atormentado camino hacia la búsqueda de nuevos modelos políticos. Pero sería igualmente de tontos no utilizar en interés exclusivo del pueblo italiano y de la necesidad de salir de la crisis económica, una no beligerancia parlamentaria de todos los grupos que consideran, por diversos motivos, ai Gobierno monocolor democristiano el único posible hoy.

Yo no soy Caperucita roja -precisa Andreotti- que cree reconocer a su abuela con sólo verle el gorro, pero tampoco soy un inconsciente que echa aceite en el fuego, estropeándolo todo. En el país de Machiavelli un poco de fe en la superación de los errores y una gran lealtad multilateral no son objetivos secundarios.

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