Entrevista:

"El desempleo es un despilfarro que hay que evitar"

Dos organizaciones sindicales españolas, la Unión General de Trabajadores y Solidaridad de Trabajadores Vascos, forman parte de las 32 organizaciones sindicales miembros de la CES. Hay otras peticiones de sindicatos clandestinos españoles para entrar, como hay también restricciones por parte de la CES, que preferiría un sindicato español más o menos unitario y, a lo sumo, con dos o tres organizaciones.De todo ello se habló, para EL PAIS, Mathial Hinterscheid, secretario general de la CES desde el último congreso de abril, celebrado en Londres.

-¿Cuál es el origen del sindicalismo europe...

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Dos organizaciones sindicales españolas, la Unión General de Trabajadores y Solidaridad de Trabajadores Vascos, forman parte de las 32 organizaciones sindicales miembros de la CES. Hay otras peticiones de sindicatos clandestinos españoles para entrar, como hay también restricciones por parte de la CES, que preferiría un sindicato español más o menos unitario y, a lo sumo, con dos o tres organizaciones.De todo ello se habló, para EL PAIS, Mathial Hinterscheid, secretario general de la CES desde el último congreso de abril, celebrado en Londres.

Por un sindicalismo europeo

-¿Cuál es el origen del sindicalismo europeo?-Los sindicatos fueron los primeros que vislumbraron una especie de integración europea. Antes de la creación de la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero) los movimientos sindicales del Benelux, Alemania y Francia iniciaron contactos para ver de qué forma podían superarse los antagonismos históricos franco-germanos. Con la creación de la CECA nació un órgano de enlace sindical. En 1958, con la fundación de la CEE (Comunidad Económica Europea) se creó un secretariado sindical europeo, acreditado ante la CEE. Participaban en él todos los sindicatos libres de los seis países fundadores de la CEE. Por su parte, los sindicatos cristianos disponían de otro secretariado. Ya en esa época se pensó en fusionar los dos.

-¿Cómo se reflejó la idea de una confederación europea de sindicatos?

-Los sindicatos libres decidieron, en su congreso de 1969 en La Haya, convertirse en Confederación, creando la CISL. Con la entrada de los tres nuevos miembros de la CEE, Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca, se pensó en formar algo nuevo. Se dio origen a la Confederación Europea de Sindicatos, cuyo acto constitucional se celebró en Bruselas el 9 de febrero de 1973. Un año después, en el Congreso de Copenhague, la Confederación Mundial del Trabajo (de orientación demócrata cristiana) decidía su entrada, eliminando su central europea.

-¿Cómo funciona, institucionalmente la CES?

-El órgano supremo es el Congreso, donde está representada una delegación de cada confederación. El comité ejecutivo es el órgano de gestión, con la limitación de que no puede haber más de dos representaciones por país.

-¿Cuáles son los efectivos de la CES en la actualidad?

-Con la última adhesión de los sindicatos griegos, contamos 32 organizaciones, en dieciocho países, que agrupan un total de unos 38 millones de trabajadores pertenecientes a sindicatos de inspiración libre, socialista, demócrata cristiano o comunista.

-Nada más que en los nueve países de la CEE existe actualmente un nivel de desempleo superior a los cinco millones de trabajadores, para una población activa de unos cien millones; ¿cuál es la estrategia de la CES ante tal situación?

-El pleno empleo es el problema principal para los sindicalistas. La CES opina que, tanto desde un punto de vista social como económico, el pleno empleo es el objetivo primordial. Desde un punto de vista social es nefasto que una persona en condiciones de trabajar carezca de posibilidades para hacerlo. Desde una óptica económica hay que recordar que los sistemas de seguro de paro, que alcanzan niveles considerables en muchos países europeos, suponen en realidad una carga suplementaria para los trabajadores activos. El desempleo es un despilfarro que hay que procurar evitar a toda costa. Restablecer el pleno empleo antes de 1980 es nuestro objetivo prioritario.

-Los economistas, en general, dicen que es imposible mantener el pleno empleo sin riesgo de incrementar la inflación; ¿qué piensa la CES?

-Opinamos que es discutible. Este es el sistema tradicional: oponer inflación al pleno empleo. La CES cree que es posible combatir la inflación manteniendo el pleno empleo. Para ello es necesario que la clase capitalista renuncie a una serie de privilegios. Por ejemplo, es imprescindible tener un control sobre las sociedades multinacionales, la formación de la política de precios, las inversiones, etcétera. Para evitar que por un exceso de inversiones o por unos precios demasiado orientados hacia una política de beneficios los patronos sean los únicos controladores del aparato económico.

-¿Es necesario un pacto social, a nivel europeo, entre sindicatos, patronos y poderes públicos?

-Es evidente que un sistema de diálogo tripartito puede ser válido, sobre todo porque, hay que recordar, que han sido los sindicatos los que han exigido ese tipo de diálogo. Pero sólo puede ser eficaz si las otras dos partes, patronos y gobernantes, comprenden que no puede ser un diálogo unilateral. Si industriales y poderes públicos creen que con una política de restricciones de salarios pueden resolver su problema, nosotros decimos no. Si, por el contrario, aceptan discutir de control de precios, inversiones, etcétera, entonces el pacto social puede tener un sentido. Hay que repartir los sacrificios necesarios. Hay que reducir el consumo y aumentar el ahorro, dicen los gobiernos. Muy bien, pero a condición de que sea efectivo y modulado a todas las capas sociales y que no sean sólo los trabajadores los que deban pagar por la crisis.

Medios de acción, de la CES ante la crisis

-¿Cuáles son los medios de acción de que dispone la CES para lograr sus objetivos?-En el plano europeo hay que adaptar las formas de lucha y de acción a nivel supranacional. Hay que diferenciar entre plano nacional y europeo. Incluso hay que dividir entre países que forman parte de un Mercado Común, bien estructurado, con mecanismos particulares, o ante una EFTA (Asociación Europea de Libre Cambio), que no tienen tanto impacto ante las medidas nacionales. Pero no hay que olvidar que, en última instancia, son los gobiernos nacionales los que tienen la palabra. La CES actúa a dos niveles. Por una parte, ejerciendo presiones sobre la comisión de la CEE, o el secretariado general de la EFTA, o del Consejo de Europa. Por otra parte, no olvida la presión sobre los gobiernos nacionales, que son los que deciden.

Estrategia ante las multinacionales

-Ante situaciones concretas, como una huelga de reivindicación de trabajadores de un país en el sector de automóvil, ¿la CES puede organizar la solidaridad de obreros del mismo sector en otros países europeos?- Teóricamente es posible ya que cada sector tiene sus comités específicos. En el ejemplo concreto del sector del automóvil, tenemos la Federación Europea de Metalúrgicos. Naturalmente, la CES puede sostener una acción de tal tipo. En el plano general, la CES tiene la posibilidad de lanzar tal acción, aunque depende de la voluntad real de cada federación nacional de querer coordinar tal acción. Por el momento hay todavía problemas de orden jurídico entre países europeos. Son puntos a tener en cuenta, antes de lanzar una huelga multinacional. Pero el derecho a la huelga está previsto en todas partes y no es necesario someterse a la reglamentación nacional. Manifestaciones públicas, paros parciales u otras acciones son también compatibles en materia de solidaridad europea de trabajadores.

-Las sociedades multinacionales están, en permanencia, en el banquillo de los acusados de la lucha sindical; ¿cuál es la visión de la CES ante tales sociedades?

-Actualmente discutimos con las organizaciones mundiales (ONU, OCDE, OIT) para elaborar un programa. La CES es partidaria de crear una reglamentación internacional que debería prever un control sobre las multinacionales, desde la central hasta las filiales. Hay que empezar por la información completa de la actuación de las multinacionales, los problemas de transferencias de capitales, beneficios, fiscalidad, etcétera. Una reglamentación que tenga en cuenta ciertos criterios y puntos comunes a respetar en todas las filiales.

-Puesto que el Mercado Común favorece, en cierto modo, la proliferación de las sociedades multinacionales, ¿cuáles son las políticas comunitarias que los sindicatos europeos desearían ver progresar?

-Damos preferencia a la política social. Hay diferencias nacionales que hay que superar. La CEE tiene ahí una misión a cumplir, a pesar de que es un hecho la libre circulación de trabajadores de países miembros en el interior de la CEE. Por otra parte, queremos pasar al estadio de una verdadera política social europea. Las prioridades son, como he dicho anteriormente, el pleno empleo, la armonización de la protección de los trabajadores contra los efectos negativos de fusiones, traslados de industrias de un país a otro, despidos colectivos y problemas de los trabajadores emigrantes.

-¿Por qué motivos sólo hay dos sindicatos españoles, la UGT y la STV, que son miembros de la CES?

-Es un hecho de motivaciones históricas. La UGT y la STV forman parte de las organizaciones sindicales europeas fundadoras de la CES por sus relaciones anteriores con el sindicalismo libre.

-¿Quiere decir que otras demandas de adhesión serán o han sido rechazadas?

-El problema principal del sindicalismo en España es, en mi opinión, encontrar la posibilidad de crear cuanto antes un movimiento sindical democrático lo más unificado posible, para tener un peso de diálogo importante. Hasta el momento tenemos dos países con tres organizaciones afiliadas. Se trata de Italia y Holanda, aunque en este último país se está realizando un proceso de unificación sindical. Francia y España son países con varias organizaciones sindicales. En España no se sabe todavía hacia dónde va a ir el movimiento sindical. No hay que perder de vista que la democracia en España no responde todavía a lo que nosotros entendemos por ello. Nos felicitamos de la orientación hacia la democracia, pero faltan hechos. Para ser más concreto diré que esperamos que las dos organizaciones afiliadas lleguen a tal número de colaboración con otras organizaciones interesadas en afiliarse a la CES que pueda preverse un movimiento unificado de dos o tres organizaciones, como máximo

-¿Quiere decir que Comisiones Obreras, USO, SOC u otras organizaciones sindicales que deseen entrar en la CES necesitarán el visto bueno de la UGT y de la STV?

-No hay que excluir que pueda haber futuras adhesiones. Pero añadiré que sólo podrán realizarse en caso de fracaso de los intentos de mejor estructuración sindical que serían necesarios en España.

-¿Ha habido solicitudes?

-Ha habido demandas de conversaciones exploratorias por parte de USO, SOC y, creo también, Comisiones Obreras. Por el momento han sido contactos personales.

-¿La CES ayuda a sus afiliados españoles?

-Sí, lo hemos hecho varias veces conjuntamente con las organizaciones mundiales. Hemos organizado seminarios de información y también ayuda financiera, a partir de otras federaciones nacionales.

-¿Cuál sería la postura de los sindicatos europeos ante una candidatura de España al Mercado Común?

-Somos favorables a la adhesión de España a la CEE, pero cuando llegue el momento de una total democratización del sistema político español. Con elecciones generales libres, libertad de expresión, sindical, etcétera. Mientras no se practique la democracia, nos opondremos.

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