Las Cortes, ante el Pleno del día 16

Fernández-Miranda: la reforma, ocasión histórica de cambiar radicalmente desde la legalidad

Las Leyes Fundamentales tienen solución para todo. Esta frase de Franco, recordada ayer por el presidente de las Cortes en la rueda de prensa mantenida sobre el desarrollo del pleno del próximo día 16, enmarca el sentido político profundo que el señor Fernández-Miranda atribuye a la ley de reforma, como ocasión histórica de crear un supuesto político radicalmente distinto, partiendo de las propias Leyes Fundamentales. Considerar que porque el cambio sea sustancial significa ruptura, es terquedad, apostilló el señor Fernández-Miranda, que contestó a los informadores con viveza, ingenio y gran s...

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Las Leyes Fundamentales tienen solución para todo. Esta frase de Franco, recordada ayer por el presidente de las Cortes en la rueda de prensa mantenida sobre el desarrollo del pleno del próximo día 16, enmarca el sentido político profundo que el señor Fernández-Miranda atribuye a la ley de reforma, como ocasión histórica de crear un supuesto político radicalmente distinto, partiendo de las propias Leyes Fundamentales. Considerar que porque el cambio sea sustancial significa ruptura, es terquedad, apostilló el señor Fernández-Miranda, que contestó a los informadores con viveza, ingenio y gran sentido del humor.

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A través de la información facilitada por el presidente de la Cámara, quedó claro que va a existir una neta división entre dos fases de la sesión plenaria: la de las deliberaciones -cuya finalidad es ilustrar a los procuradores- y la de las votaciones, a través de las cuales los miembros de las Cortes decidirán sobre el proyecto de ley.Al comienzo de la reunión, el señor Fernández-Miranda informó sobre el orden en que se producirá la deliberación sobre el proyecto de reforma.

En primer lugar, intervendrá la ponencia para presentar su informe, y a continuación lo harán los enmendantes a la totalidad, por este orden: Manuel María Escudero, Blas Piñar y José María Fernández de la Vega. Seguidamente, contestará la ponencia, rechazando las citadas enmiendas.

Después, los procuradores que presentaron enmiendas u observaciones al articulado defenderán sus posiciones por el siguiente orden: Esperabé, Iglesias Selgas, Arteaga Padrón, Lostau, Tey, Lamo de Espinosa, Díaz-Llanos, Conde Bandrés, Pérez Puga, Fernández-Cuesta, Morrondo, Martínez Esteruelas, Clavijo, Serrats (Salvador), Martín Sanz y Meilán.

La ponencia contestará, uno por uno, a estos procuradores, así como a los que ejerzan el derecho de réplica. Finalmente, la ponencia ofrecerá el informe definitivo, con las modificaciones que haya podido introducir a lo largo del debate. Tales modificaciones -así como las del informe escrito- podrían dar lugar a nuevas intervenciones, solicitadas por escrito con diez firmas.

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El señor Fernández-Miranda declaró que las intervenciones tendrán una duración máxima de entre veinte minutos y media hora. El Gobierno podrá intervenir cuando lo solicite, y es posible que sea uno o varios ministros y el propio presidente quienes lo hagan, aunque todavía no estaba decidido. Respecto a los miembros de la ponencia que hablarán en el pleno, el presidente de las Cortes no quiso desvelar la estrategia de la ponencia, si bien EL PAIS ha podido confirmar lo que adelantó ayer, salvo imprevistos: Miguel Primo de Rivera abrirá el fuego; Fernando Suárez contestará a los enmendantes a la totalidad, y Noel Zapico -sin que se descarte la intervención de Belén Landáburu y Lorenzo Olarte en esta etapa- responderá a los restantes procuradores.

Tres sistemas de votación

El presidente de las Cortes explicó que en el próximo Pleno habrá tres clases de votaciones posibles. Por la primera, se votará globalmente la totalidad del proyecto, que quedará aprobado o rechazado según obtenga o no los dos tercios favorables de los procuradores presentes, que en todo caso habrán de ser superiores a la mitad de los miembros de la Cámara.

Por la segunda, se votarán puntos concretos, cuya suma abarque la totalidad del proyecto de ley. Estas votaciones se realizarán por mayoría simple, y requerirán una nueva votación total, con quorum de dos tercios, para que el proyecto de ley pueda pasar al referéndum.

Por la tercera, se votarán también puntos concretos -pero no todos-, y los que no sean aprobados pasarían a la Comisión de Leyes Fundamentales. Una vez aprobados en ella, pasarían de -nuevo al Pleno para la aprobación exigida, con el quorum especial.

Un informador preguntó si la distancia cronológica entre las deliberaciones y las votaciones creará el peligro de que los procuradores olviden, en el momento de decidir, los argumentos expuestos. «No lo crea -contestó el señor Fernández-Miranda- Los procuradores tienen una memoria feliz». Sobre el sentido político de la posibles interpretaciones, el señor Fernández-Miranda puntualizó que, durante el desarrollo del pleno, las interpretaciones de los demás no son constitucionales, mientras que sí lo serán las de esta Presidencia. Dijo también que el procedimiento de urgencia es totalmente legal, entre otras razones porque no se ha planteado frente a él recurso de contrafuero.

Sobre el sentido político de la reforma, el señor Fernández-Miranda manifestó que desde 1800 los españoles hemos tenido procedimientos para modificar las leyes a los que nunca se atuvieron los grupos políticos, mientras que ahora nos encontramos ante la posibilidad de crear un supuesto político radicalmente distinto, partiendo de las propias Leyes Fundamentales que se reforman. Estimó que este procedimiento es el normal en lugares con auténtica vida civil, en donde la reforma prospera frente a los golpes de Estado o a los deseos de hacer borrón y cuenta nueva.

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