Encuentran el cadáver de una anciana muerta hace dos años

El esqueleto de una anciana ha aparecido, tendido en la que fuera su cama, cuando funcionarios del Juzgado de Instrucción número 2 de Zaragoza, se han personado en el domicilio para proceder al desahucio por falta de pago. La muerte de la anciana, según todos los indicios, debió registrarse el año 1974.

El esqueleto corresponde al cadáver de Pilar Ferrer, nacida en El Burgo de Ebro (Zaragoza), en el año 1891, y ha aparecido en su domicilio, situado en la buhardilla de la finca número 5, de la calle del Trovador, en Zaragoza, ante la sorpresa de los funcionarios judiciales que habían...

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El esqueleto de una anciana ha aparecido, tendido en la que fuera su cama, cuando funcionarios del Juzgado de Instrucción número 2 de Zaragoza, se han personado en el domicilio para proceder al desahucio por falta de pago. La muerte de la anciana, según todos los indicios, debió registrarse el año 1974.

El esqueleto corresponde al cadáver de Pilar Ferrer, nacida en El Burgo de Ebro (Zaragoza), en el año 1891, y ha aparecido en su domicilio, situado en la buhardilla de la finca número 5, de la calle del Trovador, en Zaragoza, ante la sorpresa de los funcionarios judiciales que habían procedido a forzar la puerta de entrada para incautarse del inmueble, cuyo alquiler llevaba sin ser abonado más de dos años.

Junto al esqueleto de la anciana aparecía, colgado en una de las paredes, un calendario del año 1974, lo que hace pensar sobre la fecha aproximada del fallecimiento.

Según han manifestado los vecinos, Pilar Ferrer solía desaparecer de su buhardilla durante largas temporadas, lo cual puede ser razón para que el cadáver no haya sido descubierto hasta ahora, lo único que los vecinos observaron hace ya muchos meses fue un fuerte olor a putrefacción en la vieja escalera del inmueble, pero al hecho no le dieron mayor importancia. Por las mañanas, la anciana solía encaminarse muy temprano hacia el Mercado Central a recoger en su bolsa restos de alimentos que caían de las carretillas y los camiones durante las descargas, según han informado sus vecinos.

Uno de los dos hijos de la señora Ferrer había denunciado hace un año la desaparición de su madre, que vivía sola, en su domicilio, sin que hasta la fecha nadie hubiera procedido a derribar la puerta de la buhardilla.

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