Comienza una nueva escalada de violencia en el Ulster

Veinticuatro horas después de que Maire Drumm, líder del Sinn Fein provisional, fuera asesinada en un hospital de Belfast, otro hospital de la ciudad estuvo a punto de saltar por los aires, pero la bomba que colocaron unos terroristas fue advertida a tiempo y desactivada por soldados. Se cree que este atentado frustrado fue obra de miembros del IRA, como venganza por el que causó la muerte de la señora Drumm.

Por otro lado, siguen los asesinatos sectarios. Un católico que paseaba con su novia por el centro de Belfast fue secuestrado, golpeado y muerto por un grupo de desconocidos. L...

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Veinticuatro horas después de que Maire Drumm, líder del Sinn Fein provisional, fuera asesinada en un hospital de Belfast, otro hospital de la ciudad estuvo a punto de saltar por los aires, pero la bomba que colocaron unos terroristas fue advertida a tiempo y desactivada por soldados. Se cree que este atentado frustrado fue obra de miembros del IRA, como venganza por el que causó la muerte de la señora Drumm.

Por otro lado, siguen los asesinatos sectarios. Un católico que paseaba con su novia por el centro de Belfast fue secuestrado, golpeado y muerto por un grupo de desconocidos. La policía piensa que está ante el inicio de una nueva «espiral de violencia», que ha sido precipitada por el asesinato de la señora Drumm, que será enterrada mañana rodeada de lo que los republicanos del Sinn Fein provisional quieren que sea «el funeral que ella se merece ».La posición adoptada por los protestantes unionistas tras la muerte de Maire Drumm no ha contribuido a calmar los ánimos. Aunque han condenado el asesinato, tanto los políticos moderados como el reverendo Paisley, que se sitúa en el sector extremista del protestantismo irlandés, han dicho que la líder muerta «había provocado su propio fin». Según Paisley, la ex vicepresidente del Sinn Fein era la personificación del movimiento de los provisionales: «siniestro, amargo y violento ».

Los sindicalistas del Eire han condenado el asesinato. Por su parte, el ministro de Asuntos del Ulster, Roy Mason, se ha preguntado si «los terroristas no considerarán que ya está bien, que deben tomar ésta como la última muerte de la historia de violencia que padece Irlanda del Norte». «Lo único que han conseguido los autores de este crimen, considera Mason, es abrir el camino para que esa violencia no cese». El ejército, ha reiterado el ministro, seguirá en el Ulster, ahora más dispuesto que nunca a cumplir con sus funciones de fuerza pacificadora.

El movimiento de paz que funciona en la provincia desde el mes de agosto tampoco ha sido ayudado en sus propósitos por el asesinato de la señora Drumm, según ha dicho una de las pacifistas. Betty Williams, que se halla estos días en Alemania Federal buscando apoyo moral y económico para su movimiento, cree que las posiciones se van a radicalizar aún más ahora. «Esta muerte -apuntó- va a conducir a muchas otras, entre las que estarán las de personas inocentes».

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