El debate entre Dole y Mondale fue un torneo oratorio
Robert Dole y Walter Mondale, candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos, demostraron el viernes por la noche en Houston que, por lo menos, saben hacer una cosa mejor que sus respectivos compañeros electorales: discutir ante las cámaras de televisión.El tercer debate de la presente campaña electoral fue, con gran diferencia, el mejor de todos, gracias a la mordacidad e ingenio del senador Dole y a la agresividad y solidez de planteamientos del senador Mondale.
Durante 75 minutos, los compañeros de papeleta electoral de Ford y Carter, discutieron temas de política interior, ec...
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Robert Dole y Walter Mondale, candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos, demostraron el viernes por la noche en Houston que, por lo menos, saben hacer una cosa mejor que sus respectivos compañeros electorales: discutir ante las cámaras de televisión.El tercer debate de la presente campaña electoral fue, con gran diferencia, el mejor de todos, gracias a la mordacidad e ingenio del senador Dole y a la agresividad y solidez de planteamientos del senador Mondale.
Durante 75 minutos, los compañeros de papeleta electoral de Ford y Carter, discutieron temas de política interior, económica y exterior, en un debate sin vencedor aparente, en el que abundó la ironía y no faltaron los ataques personales entre los dos adversarios.
El candidato republicano gastó buena parte de su tiempo en defender al presidente Ford y al secretario de Estado, Henry Kissinger, de quienes dijo que habían hecho un «excelente trabajo» al frente de la Administración republicana. Entre sus duros ataques a los demócratas, Dole afirmó que todas las guerras en que había participado Norteamérica en el presente siglo (las dos mundiales, la de Corea y la de Vietnam) y que costaron al país 1.600.000 bajas, entre muertos y heridos, se iniciaron cuando estaban en el poder los demócratas.
Mondale respondió que era insensato achacar la lucha de Estados Unidos contra la Alemania nazi a disputas de partidos, y acusó a la actual Administración de haber apoyado, hasta la víspera de las elecciones, a las minorías blancas del Africa Austral y de haber sostenido igualmente a la dictadura de los; coroneles, en Grecia.
El candidato demócrata reprochó al presidente Ford las ventas masivas de armas a Arabia Saudita (7.500 millones de dólares), muy superiores a las vendidas a Israel (1.400 millones), y el haberse negado a recibir- en la Casa Blanca al disidente soviético Alexander Soljenitsin.
Dole recordó que tampoco Jimmy Carter había recibido al Premio Nobel ruso v sacó a relucir la famosa entrevista del candidato presidencial demócrata en la revista Playboy, en la que, según Dole, aquel aceptaba la posibilidad de que existieran Gobiernos comunistas en Italia y otros países europeos. Mondale negó la veracidad de estas afirmaciones y dijo que el ticket demócrata no aceptaba la instauración de Gobiernos comunistas en Italia y Portugal.
Apenas finalizado el debate, el presidente Ford habló por teléfono con su compañero electoral para felicitarle y le dijo que su intervención ante las cámaras había sido el «mejor regalo» que se le podía hacer en su 28 aniversario de boda, que celebraba ese mismo día. Dole declaró a los periodistas que, en su opinión, él había sido el vencedor del debate. Por su parte, Walter Mondale manifestó: «Creo, humildemente, que he ganado». Carter, que también telefoneó a su running mate nada más terminar el encuentro, dijo que «nunca estuve tan seguro de haber acertado en mi elección como esta noche», y declaró que se alegraba de «estar en el mismo bando que Mondale».