Pedrol: «La violencia es estéril»

En el salón de sesiones del Ayuntamiento se celebró el acto inaugural de la conmemoración del bicentenario del Colegio de Abogados de Málaga. Tras un saludo del alcalde de la ciudad, Cayetano Utrera, pronunció unas palabras el decano de dicho Colegio de Abogados, Francisco García Grana. Finalmente el presidente de la Academia de Jurisprudencia de Galicia, Manuel Iglesias, desarrolló el tema Historia de los Colegios de Abogados de España.

La nota destacada del acto estuvo a cargo del presidente del Consejo General de la Abogacía Española, Antonio Pedrol, quien, en el transcurs...

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En el salón de sesiones del Ayuntamiento se celebró el acto inaugural de la conmemoración del bicentenario del Colegio de Abogados de Málaga. Tras un saludo del alcalde de la ciudad, Cayetano Utrera, pronunció unas palabras el decano de dicho Colegio de Abogados, Francisco García Grana. Finalmente el presidente de la Academia de Jurisprudencia de Galicia, Manuel Iglesias, desarrolló el tema Historia de los Colegios de Abogados de España.

La nota destacada del acto estuvo a cargo del presidente del Consejo General de la Abogacía Española, Antonio Pedrol, quien, en el transcurso del mismo, dirigió un mensaje a los violentos en los siguientes términos: «Les hablo como presidente del Consejo de un estamento profesional que desde hace mucho tiempo viene pidiendo públicamente la abolición de la pena de muerte como castigo, de un estamento que viene luchando por la unidad jurisdiccional, por una amplia libertad de defensa Y por la garantía de un proceso justo, cualquiera que sea el delito imputado. Por todo lo dicho, cuando hablo como presidente del Consejo General de la Abogacía ostento una especial legitimación para dirigirme a los violentos y pedirles que también ellos respeten el derecho de los demás a pensar diferente y que, respetando la vida de sus semejantes, nos ayuden a la erradicación de la pena de muerte en este país».

«Recuerdo, por último -añadió-, que la violencia no sólo es reprobable, sino que es también desesperadamente estéril porque las halas pueden matar seres humanos, pero son, en cambio, impotentes, para matar una sola convicción».

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