Pablo VI estudia las medidas contra monseñor Lefèbvre

Mientras que en el Vaticano se vive lo que algunos «vaticanistas» llaman «un periodo de reflexión» sobre las medidas a tomar en relación con monseñor Marcel Lefébvre, el Papa Pablo VI recibió ayer en Castelgandolfo al nuncio apostólico en Francia, monseñor Egano Righi-Lambertini.La audiencia fue privada y, por tanto, nada se reveló sobre el contenido del coloquio. Pero a los observadores no se les escapa la circunstancia de que la entrevista se desarrolló a 48 horas de la misa de Lille, prohibida expresamente por el Vaticano.

También acudió ayer al palacio de la residencia veraniega...

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Mientras que en el Vaticano se vive lo que algunos «vaticanistas» llaman «un periodo de reflexión» sobre las medidas a tomar en relación con monseñor Marcel Lefébvre, el Papa Pablo VI recibió ayer en Castelgandolfo al nuncio apostólico en Francia, monseñor Egano Righi-Lambertini.La audiencia fue privada y, por tanto, nada se reveló sobre el contenido del coloquio. Pero a los observadores no se les escapa la circunstancia de que la entrevista se desarrolló a 48 horas de la misa de Lille, prohibida expresamente por el Vaticano.

También acudió ayer al palacio de la residencia veraniega del Papa uno de los canonistas más destacados de la Iglesia romana: el actual arzobispo de Chieti, monseñor Vicenzo Fagiolo, Esto hace suponer que el Papa quiere informarse adecuadamente antes de tomar cualquier decisión. Lo que sí se perfila como cierto es que Pablo VI ha tomado personalmente las riendas del caso y es de suponer que intentará por todos los medios, antes de un procedimiento drástico, ponderar al máximo los elementos del problema.

Algunos observadores, aun comprobando la existencia de todos los elementos para una excomunión, califican el caso de «complejo y doloroso». Como ha dicho Pietro Gismondi, profesor de Derecho Eclesiástico de Roma «existe la violación grave del derecho de la Iglesia por una parte, y existe, por otra, el desacato a la autoridad del Papa y no a la autoridad del papado, como algunos han subrayado».

En efecto, los ataques de monseñor Lefébvre no están dirigidos contra la autoridad pontificia, sino contra el comportamiento del actual pontífice, al haber aplicado las normas aprobadas por el Concilio Vaticano II. Pero en cualquier caso constituye -según el profesor Giordiano- «violación de uno de los principios esenciales y vitales de la Iglesia».

En relación con la actitud de monseñor Lefébvre, las Conferencias Episcopales y obispos de numerosos países han hecho llegar en las últimas horas mensajes de «solidaridad y fidelidad» al Papa Pablo VI y a la línea emprendida por el Concilio Vaticano II. Prácticamente en todas las diócesis italianas se han producido también mensajes o manifestaciones de adhesión al Papa.

El patriarca de Venecia, cardenal Albino Luciani, ha afirmado que monseñor Lefébvre «no sólo vive contra las directrices del Papa como vicario de Cristo, sino que niega su misma misión» y ha recordado que es tarea de la Iglesia «custodiar intacta y defender la doctrina y que la misericordia puede convertirse en crueldad si por temor a producir dolor a alguien se lleva hasta el extremo de producir daño a toda la comunidad ».

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