Los militares del Norte siguen presionando

El brigadier Artur Baptista Beirao tomó posesión ayer como comandante de la región militar sur, en sustitución de Bezarat Correia, que recientemente optó por su cargo de consejero de la Revolución.En el acto de asunción, el general Rocha Vieira, jefe del Estado Mayor del Ejército, indicó precisamente que «la sustitución se debía únicamente a que el anterior comandante había preferido otro cargo, lo que de ninguna manera constituye una destitución».

El nuevo comandante, que ha sido ascendido a brigadier, está considerado como un oficial de prestigio y ha colaborado estrechamente con el a...

El brigadier Artur Baptista Beirao tomó posesión ayer como comandante de la región militar sur, en sustitución de Bezarat Correia, que recientemente optó por su cargo de consejero de la Revolución.En el acto de asunción, el general Rocha Vieira, jefe del Estado Mayor del Ejército, indicó precisamente que «la sustitución se debía únicamente a que el anterior comandante había preferido otro cargo, lo que de ninguna manera constituye una destitución».

El nuevo comandante, que ha sido ascendido a brigadier, está considerado como un oficial de prestigio y ha colaborado estrechamente con el actual presidente de la República, durante el tiempo en que éste era jefe del Estado Mayor del Ejército.

El nombramiento no constituye sorpresa, pero indica una vez más que la orientación de los nuevos altos cargos militares favorece claramente al general Eanes. Artur Beirao manifestó en su discurso el deseo de reafirmar «la jerarquía y la disciplina consciente, así como la confianza entre los oficiales y los soldados».

Mientras tanto, las reuniones efectuadas en el norte del país continúan preocupando a las autoridades militares. Fuentes militares señalan que las citadas reuniones «son normales y se hacen regularmente», pero el periódico socialista A Luta continúa diciendo que estas reuniones de oficiales tienen el fin de oponerse al probable nuevo consejero de la Revolución, el coronel García dos Santos.

Según parece, entre los oficiales destinados en Oporto existe la convicción de que «sería conveniente en el Consejo de la Revolución un oficial que conociese los problemas del norte». La resistencia a García dos Santos sería pues, al fin y al cabo, una forma de protesta contra el excesivo centralismo del país. En Portugal, «Lisboa manda y ordena», y los oficiales del norte quieren al menos un representante.

No obstante, según A Luta, las citadas reuniones «están coordinadas» por los «comités de defensa de la libertad», cuyos jefes máximos son los generales de extrema derecha Kaulza de Arriaga y Bettencourt Rodrigues, ministro, del Ejército de Marcelo Caetano.