Incidentes en las fiestas de Guecho

Unos cinco millones de personas convirtieron el viernes, de diez a doce de la noche, la tradicional tamborrada de Algorta, en una marcha popular, en favor de la amnistía total. La manifestación tuvo por escenario la casi totalidad del casco urbano de esta localidad vizcaína.

A los gritos de Amnistía Danontzat -amnistía para todos- se unieron, en esta ocasión, otros relacionados con la presunta muerte de Pertur, dirigente etarra, secuestrado el pasado día 23 en Francia, y cuya ejecución ha sido reivindicada por un autodenominado, Batallón Vasco Español. Los manifesta...

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Unos cinco millones de personas convirtieron el viernes, de diez a doce de la noche, la tradicional tamborrada de Algorta, en una marcha popular, en favor de la amnistía total. La manifestación tuvo por escenario la casi totalidad del casco urbano de esta localidad vizcaína.

A los gritos de Amnistía Danontzat -amnistía para todos- se unieron, en esta ocasión, otros relacionados con la presunta muerte de Pertur, dirigente etarra, secuestrado el pasado día 23 en Francia, y cuya ejecución ha sido reivindicada por un autodenominado, Batallón Vasco Español. Los manifestantes de Algorta gritaban -Pertur hermano, nosotros no olvidamos y Pertur, gudari, ha muerto por Euskadi, sin que en ningún momento hiciera acto de presencia la fuerza pública.No ocurriría lo mismo ayer por la mañana en las cercanías del campo de fútbol de esta misma población. Brigadas antidisturbios y fuerzas de la Guardia Civil habían montado un poderoso dispositivo para impedir que pudiera celebrarse el acto político que habían anunciado fuerzas de la oposición vasca, con abundante reparto de carteles bajo el título de Euskadi, cien años después.

Se trataba de conmemorar, multitudinariamente, y aunque fuera con un retraso de diez días, el centenario de la abolición foral. El Ayuntamiento de Guecho se negó a ceder las instalaciones del frontón de Fadura, por estimar que debían destinarse a la misión deportiva para la que fueron construidas, pero los promotores del acto llegaron a un acuerdo con el club de fútbol para celebrarlo dentro del recinto futbolístico.

La autoridad gubernativa estimó, sin embargo, que no se habían cumplido los requisitos legales y desplazó numerosos contingentes de fuerza pública para impedir su celebración. Ante esta circunstancia, los promotores de la reunión hicieron pública ayer mismo, la siguiente nota:

«Manifestamos nuestra más enérgica protesta por haberse impedido el ejercicio del derecho de reunión por la fuerza pública, después de haber cumplido con todos los trámites requeridos por la legislación vigente. Entendemos que esta arbitraria actuación supone una violación de los derechos de libre reunión y expresión. Y nos reafirmamos en nuestro propósito de celebrar un acto similar en el más breve plazo posible. Euskadi, su pueblo y sus exigencias democráticas así nos los dictan.»

Mientras policía armada y Guardia Civil custodiaban los alrededores del campo de fútbol, los vecinos de la localidad convirtieron en manifestación callejera, la comparsa de gigantes y cabezudos que, quizá por vez primera, se transformaron en privilegiados espectadores de una reiterada petición en favor de la amnistía total.

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Parece claro que sigue adelante el intento de aprovechar las fiestas populares vascas, como marco para expresar peticiones políticas que tal vez no encuentran todavía cauces apropiados de expresión.

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