Tribuna:

Los valencianos no son público de tercera

La empresa Nueva Plaza de Toros de Madrid, SA explota además del coso de Las Ventas y otros, la plaza de Valencia. Lo hace sin acierto. Habrá que añadir que sin respeto para los aficionados valencianos.La feria de julio ha sido un rosario de protestas por la falta de presencia o invalidez del ganado. En las corridas falleras ocurrió otro tanto. En aquella plaza, donde el público siempre fue fácil de contentar, su actitud era, y seguramente seguirá siendo, más inclinada a sobrevalorar lo positivo que a subrayar lo negativo; las alegres y buenas gentes valencianas han acabado por perder la pacie...

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La empresa Nueva Plaza de Toros de Madrid, SA explota además del coso de Las Ventas y otros, la plaza de Valencia. Lo hace sin acierto. Habrá que añadir que sin respeto para los aficionados valencianos.La feria de julio ha sido un rosario de protestas por la falta de presencia o invalidez del ganado. En las corridas falleras ocurrió otro tanto. En aquella plaza, donde el público siempre fue fácil de contentar, su actitud era, y seguramente seguirá siendo, más inclinada a sobrevalorar lo positivo que a subrayar lo negativo; las alegres y buenas gentes valencianas han acabado por perder la paciencia. Todo tiene un límite.

Y ese límite lo ha traspasado la empresa Nueva Plaza de Toros de Madrid, SA con su desprecio a una afición, quizá por confundir benevolencia con candidez. La ha defraudado. Según nuestras noticias, en muchas corridas la gente salía de la plaza comentando que aquello había sido un timo.

Lo malo es que no parece que nadie vaya a poner coto a estos desmanes. Algún instrumento habrá que arbitrar para que las empresas no puedan hacer y deshacer a su antojo, por intereses creados o por incompetencia, a costa de la buena fe de un público que paga su entrada y a precios elevados. Malo es que actúe un verdadero monopolio empresarial que ha hecho carne en la fiesta para destrozarla. Pero peor es que actúe en la impunidad, o al menos eso parece, a la burla de público y reglamentos.

Si una empresa es incapaz de ofrecer ferias con dignidad, como ha sucedido con la de Valencia, se denuncia su contrato de arrendamiento y en paz. Alguna habrá que sepa hacerlo mejor. Los valencianos no son público de tercera.

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