Religión

Menos impedimentos en los matrimonios mixtos

Los actuales impedimentos para la celebración de matrimonios entre católicos y protestantes pueden ser suprimidos en un futuro próximo si Pablo VI acepta la solicitud de una comisión conjunta de jerarquías católicas y anglicanas. La citada comisión ha presentado, tras nueve años de trabajo, un informe en el que se pide al Papa que simplifique los requisitos exigidos hasta ahora en los matrimonios entre contrayentes de las dos religiones.Las normas impuestas actualmente por la Iglesia Católica obligan a que estos matrimonios mixtos se celebren en presencia de un sacerdote católico y que el cont...

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Los actuales impedimentos para la celebración de matrimonios entre católicos y protestantes pueden ser suprimidos en un futuro próximo si Pablo VI acepta la solicitud de una comisión conjunta de jerarquías católicas y anglicanas. La citada comisión ha presentado, tras nueve años de trabajo, un informe en el que se pide al Papa que simplifique los requisitos exigidos hasta ahora en los matrimonios entre contrayentes de las dos religiones.Las normas impuestas actualmente por la Iglesia Católica obligan a que estos matrimonios mixtos se celebren en presencia de un sacerdote católico y que el contrayente de esta religión prometa bautizar y educar a sus hijos de acuerdo con su doctrina.

La comisión conjunta, presidida por el obispo católico de Carolina del Sur, Ernest L. Unterkoefler, y el arzobispo anglicano de Irlanda, George Simmins, solicita ahora que se suprima la obligación de esta promesa referente a los hijos y que el matrimonio pueda ser celebrado por ministros católicos o anglicanos, indistintamente.

El informe de la comisión -que fue creada en 1967 a propuesta de la Secretaría del Vaticano para la Promoción de la Unificación Cristiana y del arzobispo de Canterbury- trata sólo de matrimonios entre anglicanos y católicos, pero los observadores opinan que, indirectamente, puede afectar también a las relaciones con otros credos protestantes.

El estudio señala que los anglicanos no reconocen ninguna diferencia entre los términos cristianos y católicos y que, por lo tanto, no hay justificación para exigir que los hijos reciban el bautismo y la educación católica.

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