Problemas en la guardería "Pulgarcito" de San Blas

Doscientos treinta niños, cuyas edades oscilan entre tres meses y seis años acoge la guardería infantil Pulgarcito, enclavada en la plaza de los Artesanos de la madrileña barriada de San Blas. Adscrita a la parroquia de la Virgen del Mar -aunque con administración autónoma- proporciona a los niños desayuno, comida y merienda cada jornada, desde las nueve de la mañana a las cinco y media de la tarde. Una decena de enseñantes y asistentes sociales atiende la guardería, cuyas cuotas mensuales por niño no superan setecientas pesetas. Según estimaciones fundadas, la cuota real que cubre a ca...

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Doscientos treinta niños, cuyas edades oscilan entre tres meses y seis años acoge la guardería infantil Pulgarcito, enclavada en la plaza de los Artesanos de la madrileña barriada de San Blas. Adscrita a la parroquia de la Virgen del Mar -aunque con administración autónoma- proporciona a los niños desayuno, comida y merienda cada jornada, desde las nueve de la mañana a las cinco y media de la tarde. Una decena de enseñantes y asistentes sociales atiende la guardería, cuyas cuotas mensuales por niño no superan setecientas pesetas. Según estimaciones fundadas, la cuota real que cubre a cada niño se acerca a tres mil seiscientas pesetas mensuales y esta cifra multiplicada, anualmente produce a la entidad un déficit de cinco millones de pesetas. Hasta ahora el déficit quedaba enjugado por una subvención del Ministerio de Trabajo, pero al parecer, acaban de surgir problemas.Cómo quiera que muchas de las madres de los niños acogidos, trabajan como empleadas del hogar y, dentro de esta figura laboral, se prevé su adscripción específica a la Seguridad Social, el Ministerio de Trabajo exige -para la cobertura de este déficit- la afiliación.

Según parece, se darían algunas irregularidades en cuanto alude a este requisito y la controversia se establecería en torno a la subsistencia de la guardería Pulgarcito.

En una reunión reciente, los padres de los pequeños alumnos han expresado sus temores, arguyendo una serie de variables de cariz salarial y contractual como explicación complementaria de las anomalías dadas sobre algunas situaciones.

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