Las mujeres del barrio buscan la integración en el movimiento ciudadano.

En la problemática de Carabanchel juegan un importante papel las reivindicaciones específicamente femeninas, encaminadas todas ellas a liberar a la mujer de su trabajo en la casa para poder participar más activamente en las tareas de una asociación. También preocupa altamente el subdesarrollo cultural de la mujer en determinados barrios de Madrid.

«No es cierto que la mujer esté insensibilizada con respecto a la problemática ciudadana. En Aluche pensamos cuál sería la mejor forma de incorporar a la mujer a la lucha del barrio. Programamos una Jornada de la Mujer, duró cuatro días...

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En la problemática de Carabanchel juegan un importante papel las reivindicaciones específicamente femeninas, encaminadas todas ellas a liberar a la mujer de su trabajo en la casa para poder participar más activamente en las tareas de una asociación. También preocupa altamente el subdesarrollo cultural de la mujer en determinados barrios de Madrid.

«No es cierto que la mujer esté insensibilizada con respecto a la problemática ciudadana. En Aluche pensamos cuál sería la mejor forma de incorporar a la mujer a la lucha del barrio. Programamos una Jornada de la Mujer, duró cuatro días, y tuvo una gran aceptación. Hubo una media diaria de asistencia que oscilaba entre 400 y 500 amas de casa. A raíz de esto se planteó una serie de actividades que dieron como resultado la incorporación de 50 nuevas socias».

Rosario Pérez Canto, presidenta de la Asociación de Amas de Casa de Aluche, intervino en la mesa redonda celebrada en la Asociación de Vecinos de Progreso, para analizar en conjunto la problemática del barrio. La situación de la mujer ante el movimiento asociativo es, hasta el momento, una mezcla de pasividad imposibilidad, dados sus deberes domésticos que le impiden dedicarse más plenamente a los trabajos de una asociación.

«Luchamos por conseguir una escuela de Formación Profesional abierta a la mujer para que ésta pueda acceder a puestos de trabajo que le garanticen una remuneración justa. Para esto es necesario que la mujer pueda disponer de un tiempo libre que ahora no tiene, y es urgente plantear la necesidad de guarderías estatales que la liberen durante unas horas al día. Si no disponemos de guarderías estatales, baratas o gratis, en las que garantice la perfecta atención del niño, será muy difícil sacar a la mujer de su casa y hacerla participar. Muchos colegios de la zona tienen cerrados los comedores, con el consiguiente perjuicio para el ama de casa. Son concretamente los de Hernán Cortés, Fernández de Soto, Padres Escolapios y Cisneros. Querernos hacer una escuela social en la Asociación para tratar los problemas de la mujer y el barrio, para que sea ella misma quien aporte sus ideas sobre el programa reivindicativo del movimiento asociativo.

En este aspecto insistió también Lola Conti, presidenta de la Asociación de Amas de Hogar de Arganzuela.

Un hecho ya reseñado en EL PAIS y extensamente tocado en la mesa redonda; es el de la falta casi total de centros juveniles en el barrio. Rosario Gallardo es miembro de la vocalía juvenil de la Asociación de Vecinos y Propietarios de San Antonio. «Tampoco tenemos polideportivo, ni bibliotecas. Al ser éste un barrio obrero los chicos comienzan a trabajar muy jóvenes. A la hora que terminan su trabajo no hay un solo colegio en el que puedan estudiar. Tienen que desplazarse a otras zonas y pagar colegios privados de 1.500 ó 2.000 pesetas al mes. El sueldo medio de estos jóvenes es de 6.000 pesetas. La mitad se la gastan en transportes y colegios, los que van a clases. El índice de delincuencia juvenil es muy alto. Los chavales suelen tener veinte duros para los domingos. No pueden asistir a un cine de estreno a no ser que vayan andando. Como no hay cines en el barrio y además los jóvenes no se integran en el espíritu del barrio (muchos de ellos no confiesan que vivan aquí, les da vergüenza), los veinte duros se los gastan en las máquinas tragaperras». Antonio Crespo, presidente de la Asociación de Vecinos de la Colonia de Antonio Blasco, planteó el tema de las señalizaciones de tráfico, cuya escasez ha provocado varios muertos por accidente en la calle Duquesa de Parcent. Sólo después de que murieran más de 5 personas, se decidió poner semáforos portátiles.

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Ángel Hernández, presidente de la Asociación de Vecinos de Aluche, insistió en este tema al señalar que, por falta de espacio para que los coches circulen dentro del mismo barrio, se han producido varios accidentes mortales en las calles Camarena y Valmojado, donde varios ancianos y niuos han perdido la vida. Entre cuatro o cinco mil escolares cruzan diariamente esas calles.

El problema que presenta la deficiente situación del Suburbano, con material rodante muy viejo, pocas unidades y frecuencia muy dilatada, por las estaciones, es general para toda la zona suroeste de Madrid, desde el Lago a Alcorcón, Móstoles, Carabanchel, Aluche, y todos los, barrios para los que este medio de transporte es vital.

El espectro de reivindicaciones primarias es general a todas las zonas del distrito de Carabanchel. La esencia del problema es la misma aunque su enfoque o su desmenuzamiento sea diferente. Al final de esta mesa redonda, hubo un punto en el que todos estuvieron de acuerdo. Todas las asociaciones de vecinos de Carabanchel distrito, a través de Julián Rebollo, alma y organizador de esta mesa redonda que EL PAIS ha recogido en tres capítulos, suscriben la petición urgente de legalización de aquellas asociaciones que aún esperan luz verde para funcionar «La palabra « trámite » cercena muchas posibilidades, prohibe campañas de difusión, elimina la posibilidad de editar boletines de información, elimina en definitiva toda capacidad legal de actuación positiva en unas comunidades que, no obstante, sienten la necesidad de actuar como ciudadanos activos, y no como meros espectadores de una deficiente realidad urbana».

Las asociaciones de vecinos de Carabanchel Bajo, Extremadura-Solana, Carabanchel Alto, Aluche, y las Amas de Hogar de San Ignacio de Loyola y Aluche, entre muchas otras, han visto prohibidas sus asambleas, reuniones y actos culturales.

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