Al finalizar 1975 la economía española estaba sin fuerzas

Las III Jornadas de Mercado Monetario organizadas por Intermoney han sido clausuradas con dos conferencias de Eduardo Punset y Anselmo Calleja.El primero expuso la incompatibilidad entre el grado real ya alcanzado de integración financiera de la economía española y la legislación del mercado de divisas.

«Es obvio -dijo- que en la actualidad la Banca no puede contar en términos prácticos con el mercado extranjero para adecuar sus necesidades de liquidez. El éxito de la política monetaria, por lo demás casi obligado en un mercado tan regimentado, puede estar encubriendo muchos fracaso...

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Las III Jornadas de Mercado Monetario organizadas por Intermoney han sido clausuradas con dos conferencias de Eduardo Punset y Anselmo Calleja.El primero expuso la incompatibilidad entre el grado real ya alcanzado de integración financiera de la economía española y la legislación del mercado de divisas.

«Es obvio -dijo- que en la actualidad la Banca no puede contar en términos prácticos con el mercado extranjero para adecuar sus necesidades de liquidez. El éxito de la política monetaria, por lo demás casi obligado en un mercado tan regimentado, puede estar encubriendo muchos fracasos en cuestiones tan importantes como la asignación racional de recursos, la política de liquidez de las empresas españolas, o simplemente nuestra vinculación al resto del mundo industrializado, del que depende nuestro desarrollo económico.

Clausuró las Jornadas el secretario general técnico del Ministerio de Hacienda, Anselmo Calleja, quien señaló que la economía española ha perdido todas sus fuerzas. «Al finalizar 1975 -señaló-, la actividad económica estaba en franco estancamiento, la inversión creadora de empleo cae de forma importante y, por lo tanto, el paro alcanzaba un nivel elevado y creciente.»

Afirmó que un diagnóstico tan claro como éste exige dos tipos de medidas: unas a corto plazo para paliar el problema más inmediato de desequilibrio interno y externo; otras a medio plazo, para asegurar un crecimiento regular sostenido en los años venideros. Una vez que los desequilibrios hubiesen puesto la economía sobre bases más sólidas, las medidas que se han iniciado ya a partir de la devaluación de la peseta.

Dijo también Calleja que ahora estamos saliendo de la más dura recesión que hayamos conocido en los últimos años y es innegable que nos vamos a encontrar con serios problemas en el futuro próximo. Pero estamos seguros -afirmó- que con orden, entendimiento y trabajo, la gran potencialidad de crecimiento de que ha dado prueba nuestra economía y que todavía tiene, sabrá vencer, como en otras ocasiones, los obstáculos que ahora se presentan.

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