Pol Toledo, técnico de Badosa: “Por ganar, Paula mata, y eso se tiene o no se tiene”

El preparador disecciona la evolución de su jugadora, una profesional que ha resurgido un par de veces y que “se levanta y se acuesta” pensando en competir

Badosa golpea de revés durante un partido de esta semana en Melbourne Park.Robert Prange (Getty Images)

En menos de un año, Paula Badosa ha ascendido más de cien puestos en el ranking y vuelve a reconocerse y a disfrutar otra vez, situada a un palmo del top-10 y con el ánimo renovado para aterrizar allí donde siempre ha soñado. Y de esa regeneración tiene buena parte de culpa el hombre que toma mansamente asiento a mediodía en el Players Lounge de Melbourne Park, de habla pausada y voz melosa. Transmite paz y discreción Pol Toledo, que se presenta: “Soy de Maçanet de la Selva, un pueblo muy pequeño de Girona, de unos 10.000 habitantes. Jugué challengers y un par de ve...

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En menos de un año, Paula Badosa ha ascendido más de cien puestos en el ranking y vuelve a reconocerse y a disfrutar otra vez, situada a un palmo del top-10 y con el ánimo renovado para aterrizar allí donde siempre ha soñado. Y de esa regeneración tiene buena parte de culpa el hombre que toma mansamente asiento a mediodía en el Players Lounge de Melbourne Park, de habla pausada y voz melosa. Transmite paz y discreción Pol Toledo, que se presenta: “Soy de Maçanet de la Selva, un pueblo muy pequeño de Girona, de unos 10.000 habitantes. Jugué challengers y un par de veces el Godó”.

Cuenta el técnico que dejó el tenis hace tres años, con 28, y que carambolas de la vida, o quizá no, se encontró de repente ante un giro inesperado. “No tenía la intención de ser entrenador, la verdad, pero después de retirarme empecé a trabajar para un club de Estados Unidos, entrenando a una chica, y cuando llevaba solo un mes con ella me fui a Miami para ver jugar a Paula. Entonces, ella me dijo que en ese momento no tenía técnico y me preguntó si podía acompañarle después a Charleston. Y así surgió un poco todo”, reconstruye el preparador, que comparte amistad con la tenista desde la infancia a razón de un nexo muy especial: “Marcelo [Wieliwis, el primer entrenador que tuvo Badosa, fallecido hace seis años] me dijo un día que jugase con una niña que era muy buena. Y a partir de ahí nos hicimos amigos”, prosigue Toledo, que habla con admiración de su jugadora y dice no verla “como Badosa, sino sencillamente como Paula”. “Y lo bueno de eso”, continúa, “es que puedo decirle todo lo que pienso, aunque no le guste. A esta gente tan buena a veces no les gusta escuchar la verdad”.

El caso es que él es quien ha logrado, de manera progresiva, que una competidora de personalidad incandescente y ánimo delicado reduzca las revoluciones para observar y pensar en perspectiva. El cortoplacismo como receta. “Ella tiene mucho carácter, pero por eso es también tan buena. Las cracks son así. Paula es muy lista porque, aunque no le guste lo que puedas decirle, sabe que es positivo para ella y que le quieres ayudar. Va muy de frente y a veces puede parecer dura, pero es muy obediente. Desde el primer día te da confianza plena y si le dices que se tire de cabeza, lo va a hacer. Se entrega al cien por cien y eso me ha sorprendido”, apunta Toledo, que en el momento en que ambos se asociaron, marzo de 2023, se encontró a una jugadora “con muy poca confianza en sí misma” y que sacaba poco partido a su servicio, con porcentajes bajos para su potencial. Excesivamente acelerada: todo ya, todo ahora.

Badosa y Toledo, durante un entrenamiento en una imagen de X.

“Para ella, el tenis y ganar lo son todo, pero está empezando a comprender que más allá del fondo, lo fundamental es el día a día, el ir paso a paso. Ahora lo prioritario es que mantenga la estabilidad de los seis últimos meses, que se acostumbre a ganar partidos y a estar en las rondas finales de los Grand Slams; a estar ahí semana a semana, se gane o no se gane. Y creo que va por el buen camino. Ha mejorado mucho y creo que va a seguir mejorando más, porque tiene un margen de evolución muy grande”, señala Toledo; “mi trabajo consiste en que entienda que durante el año hay semanas muy buenas y otras no tan buenas, y que en el tenis se pierde mucho, así que no sirve de nada autocastigarse demasiado. Antes íbamos dándonos golpes y así no te levantas nunca, pero en el momento en el que entendió el valor del día a día, empezó a ir hacia arriba”.

Planes y superación

A partir de ahí, y una vez controlada la lesión crónica que arrastra en la espalda a consecuencia de la fractura vertebral (L4) por estrés que se produjo en mayo de 2023, la rueda comenzó a girar: “Sigue exigiéndose mucho, a veces demasiado, pero ha mejorado mucho y es menos autodestructiva. En este deporte no es bueno pensar demasiado”. Y de lo anímico a lo técnico, Badosa ha dado un salto de linealidad con una propuesta más agresiva, en consonancia con la dinámica actual del juego. “Jugaba demasiado pasiva, a veces a la defensiva”, precisa el entrenador, “y ahora hemos incidido mucho en el saque, en que reste más adelante y en que tenga más planes, no solo uno. Intentamos dejar aparte el ranking y que se fije mucho en su nivel, porque si su nivel sube, los resultados llegarán; Paula es muy buena. Si solo se fija en ganar o perder, y lo hace todo pensando solo en eso, es cuando podemos sufrir más”.

Toledo destaca el “carisma” de su jugadora y “la capacidad de superación que tiene cuando está abajo, para salir de ahí”. A lo largo de su carrera, Badosa, de 27 años, se ha encontrado ante dos grandes encrucijadas: la depresión primero, la columna después. “Vimos a todos los doctores del mundo, pero recaía y teníamos que volver a parar... No había manera, pero eso ha cambiado. Ahora ha competido durante un año seguido y sabe que puede jugar a tres sets y recuperarse perfectamente, o que puede jugar sin miedo pese a que tenga alguna molestia”, destaca, impresionado por ese espíritu reactivo y rebelde ante la adversidad que, matiza, él no poseía. “Me encanta esa mirada que a veces tiene, esa chispa para decirle a la otra ‘te voy a comer’, cómo se cabrea cuando le tiran tres ‘vamos’ en el primer juego… Ahí es cuando pienso que es invencible”, detalla Toledo.

Badosa celebra con los aficionados su triunfo sobre Xinyu Wang.Kim Kyung-Hoon (REUTERS)

Tenis para desayunar, tenis para comer, tenis para cenar. “Se desvive por esto, es su vida. Se levanta y se acuesta pensando en competir. Por ganar, Paula mata, y eso se tiene o no se tiene. Para la gente tan buena nunca es suficiente”, prolonga el preparador, cuyo objetivo es que Badosa alcance su sueño, “pero no por mí, sino por ella, porque se lo merece”. Personalidades diferentes, “pero un buen mix” que nació de casualidad y prospera hasta estos días australianos que empezaron con un par de derrotas en Brisbane y Adelaida. Ahora, en Melbourne, la española —citada la próxima madrugada (hacia las 3.00, Eurosport y Max) con Marta Kostuyk en la tercera ronda— ha ido ganando tono y confía en adquirir buenos estímulos, independientemente del ruido en las redes sociales. Dice Badosa que hoy día le importa un poco menos lo que pueda decirse por ahí, aunque no le falte en ocasiones la tentación de coger el móvil para replicar.

“Ahora todo eso le afecta menos, pero lógicamente le sigue afectando. Al final estás expuesto a todo el ruido o lo que se puede decir en un lado u otro, y nadie es de piedra. Todos los jugadores están pendientes de lo que se habla a su alrededor, eso es así. Pero yo el primer día le dije: cuando ganes vas a ser la mejor del mundo y cuando pierdas la culpa la voy a tener yo, así que no te preocupes de nada porque a mí me da igual”.

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