Arabia Saudí luce su millonario músculo en el penúltimo desfile de Nadal

El país autocrático reúne en Riad a las grandes figuras de la raqueta, que se repartirán el botín más elevado de la historia en el marco de una exhibición

Dos personas transitan por delante de un cartel promocional de la exhibición organizada en Riad.Hamad I Mohammed (REUTERS)

Una semana después de anunciar su despedida, Rafael Nadal entra de nuevo en escena y lo hace en el marco de una millonaria exhibición en la que los participantes se darán un atracón de millones. Él (38 años), Novak Djokovic (37), Carlos Alcaraz (21), Jannik Sinner (23), Daniil Medvedev (28) y Holger Rune (21) dirimirán desde este miércoles el reparto del premio más astronómico de la historia, por encima de los concedidos por los cuatro Grand Slams. Llueven los billetes en el desierto: 1,5 millones de dólares (1,3 de euros) para cada uno de los protagonistas, solo por saltar a la pista, y hasta...

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Una semana después de anunciar su despedida, Rafael Nadal entra de nuevo en escena y lo hace en el marco de una millonaria exhibición en la que los participantes se darán un atracón de millones. Él (38 años), Novak Djokovic (37), Carlos Alcaraz (21), Jannik Sinner (23), Daniil Medvedev (28) y Holger Rune (21) dirimirán desde este miércoles el reparto del premio más astronómico de la historia, por encima de los concedidos por los cuatro Grand Slams. Llueven los billetes en el desierto: 1,5 millones de dólares (1,3 de euros) para cada uno de los protagonistas, solo por saltar a la pista, y hasta 6 (5,5) para el vencedor final, que se conocerá el sábado. De fondo, Arabia Saudí. Y Riad como marco. Nada nuevo, en realidad. Desde hace tiempo, el país árabe ha entrado de pleno en el tablero deportivo y seduce y atrapa con cifras astronómicas, lo mismo a futbolistas de máximo relieve que al golfista Jon Rahm. También al veterano Nadal, el trampantojo perfecto —éxito, exquisitas formas en la batalla y bonhomía de la mano— para un régimen que vulnera de manera sistemática los derechos humanos.

El tenista, próximamente de salida, vuelve al escenario antes del cierre definitivo de su carrera, a mediados de noviembre en la Copa Davis de Málaga. Lo hace ya en se reconocido desempeño como embajador del tenis árabe —según oficializó la Federación Saudí de Tenis (STF) a mediados de enero— y con la pretensión de calibrar cómo está, en otro paso hacia la ansiada mejoría de cara al broche final de poco más de un mes, donde tratará de liderar un triunfo de España. El mallorquín aterrizó el lunes en la ciudad y desde entonces ha ensayado con Rune y el jugador local Ammar Faleh Alojaban, de 26 años, antes del estreno de este jueves frente a Alcaraz, superior en la jornada de apertura al danés Rune (6-4 y 6-2). En cualquier caso, Arabia tiene lo que quería: el circuito masculino acoge estos días torneos oficiales en Estocolmo y Amberes, pero el planeta tenis (y el entorno mundial) mira ahora hacia Riad.

Por si fuera poco, el reciente anuncio de la retirada del campeón de 22 grandes ha sido la espoleta perfecta para el reclamo. Poco importa que se trate de una exhibición, mero recreo. La mercadotécnica reunión de los seis reyes (Six Kings Slam) en The Venue —construido expresamente para el evento y con un aforo para 8.000 personas— supone otra advertencia del poder emergente de los saudíes en un deporte que antes torcía el gesto ante la idea de un desembarco allá, pero que hoy, como otras tantas disciplinas, ya sea fútbol, golf, fórmula 1 o boxeo, atiende la llamada y extiende con gusto la chequera. Los ceros rigen hoy día eso llamado “industria” y las reticencias quedaron en el pasado, y desde los despachos se proyecta un razonamiento salvador: “Están cambiando, no se les puede volver la espalda”. Sin embargo, el último informe de Amnistía Internacional (2023) continúa denunciando una realidad sangrienta, con torturas, vejaciones, ataques contra la libertad de expresión, juicios ilegales, persecución de la homosexualidad y los migrantes, desprecio por el medio ambiente y la vulneración de los derechos de mujeres y niñas.

Sinner sirve durante el partido contra Medvedev.STR (EFE)

En medio de todo, sigue abriéndose paso el deporte. El tenis, en concreto, organiza desde el curso pasado en Arabia la Copa de Maestros de las promesas menores de 21 años (Next Gen ATP Finals) y más allá de las exhibiciones, en diciembre y ahora esta de octubre, pretende ganar un peso considerable en el calendario. Según informan los medios ingleses desde hace tiempo, el objetivo de su federación es el de organizar un Masters 1000 —los torneos más relevantes tras los cuatro grandes—, presumiblemente a comienzos de año. Se habla de negociaciones soterradas y de una maniobra publicitaria perfecta esta semana, con Djokovic y Nadal al frente, y a su estela los nuevos talentos y el mejor representante de la generación intermedia, Medvedev. Las entradas oscilan entre los 88 y los 553 euros, y la presencia del balear actúa de inmejorable cebo. No compite desde los Juegos de París —desde la eliminación en el dobles del 31 de julio— y protagonizará su penúltimo baile profesional.

Los tenistas y el pastel

“Este torneo no se trata solo de ganar, sirve para unir a la gente y disfrutar del espíritu del deporte”, transmite Nadal en un vídeo publicitario. “Llevo un tiempo sin jugar, así que estoy deseando que empiece todo. No sé qué pasará, porque hablamos de los mejores del mundo, pero mis expectativas no son muy altas; solo quiero estar en la pista y que los aficionados disfruten del entretenimiento”, agrega en unas declaraciones recogidas por DAZN, en las que también bromea respecto a un potencial duelo con Djokovic —”nos hemos enfrentado muchas veces, no es necesario”— y califica como positivo el que “otro país esté abierto a crear grandes eventos durante otros momentos del calendario”. El episodio seguramente ofrezca pistas sobre su estado físico y tenístico actual, en una temporada en la que tan solo ha podido disputar 19 encuentros, distribuidos en siete torneos. Su última intervención fue la olímpica, y desde entonces ha ido descartando opciones hasta el anticipo del adiós.

Desde hace tiempo, los tenistas reclaman una mayor porción del pastel procedente de los ingresos de los Grand Slams, y Arabia sale al pase a base de millones. Mientras que la inversión en una de las citas tradicionales requiere a las figuras de dos largas semanas de competición y de siete partidos para alzar el título, el bolo actual infla los bolsillos como nunca —Australia premia al campeón con 1,9 millones de euros, Roland Garros con 2,4 y Wimbledon y el US Open con 3,2— en apenas cuatro días. Captan a los mejores, y también a ellas. En abril se anunció que, por primera vez, Riad albergará la próxima edición de la Copa de Maestras —entre el 2 y el 9 de noviembre, bajo la dirección de la española Garbiñe Muguruza, retirada en abril— pese a las dudas iniciales que tenían los dirigentes de la WTA, embriagados al final por la tentación económica. El músculo saudí, por tanto, sigue abriéndose paso en el mundo de la raqueta en una maniobra que tan solo supone un punto de partida, mientras la producción de contenidos en torno al evento y su resonancia se multiplican. El siglo del clickbait.

Alcaraz intenta devolver la pelota durante el partido ante Rune.Hamad I Mohammed (REUTERS)

Todo el mundo quiere sacar tajada. Y, entretanto, dos aperitivos a toda pastilla —menos de dos horas para resolver los dos primeros pulsos— y la presencia de Neymar, que compadreaba con Alcaraz sobre la pista por la noche. El brasileño, de 32 años, se enroló la temporada pasada en la liga saudí y su paso se traduce en lesiones, cinco partidos y, por cada año firmado, 100 millones más en el banco. Reía con el murciano, deseoso del cara a cara con Nadal; el tercero entre ambos, el cuarto si se tiene en cuenta la exhibición que disputaron en marzo en Las Vegas, a razón (extraoficialmente) de 1,5 millones por cabeza. “No sé si es un privilegio jugar contra él una vez más o si va a ser complicado para mí, pero intentaré disfrutar el compartir la pista con él. Es difícil para todos. Le he visto en el hotel, he hablado un poco con él; sobre tenis y también sobre la vida. Mañana voy a ir a por todas, a ful, no me sorprende que esté entrenando al cien por cien y sintiendo muy bien la bola”, se despedía el número dos.

Se renegaba de Arabia. Hoy, todo el mundo quiere pescar allí.

PROGRAMA DE LA EXHIBICIÓN

Miércoles 16 de octubre: cuartos de final.

  • Jannik Sinner, 6-0 y 6-3 a Daniil Medvedev.
  • Carlos Alcaraz, 6-4 y 6-2 a Holger Rune.


Jueves 17 de octubre: semifinales.

  • 18.30: Novak Djokovic-Jannik Sinner.
  • A continuación: Rafael Nadal-Carlos Alcaraz.


Sábado 19 de octubre.

  • 18:30: tercer y cuarto puesto.
  • A continuación: final.

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