Sí, el alcohol está permitido en Qatar 2022, pero que no se note
Las autoridades cataríes se ponen nerviosas a pocos días del inicio del Mundial y piden a Budweiser que traslade sus puestos de venta a zonas menos visibles
A menos de una semana del comienzo del Mundial de Qatar, y antes de la llegada de más de un millón de personas al pequeño emirato —del tamaño de la región de Murcia y 2,7 millones de habitantes— comienzan los problemas. El comité organizador catarí accedió, presionado por la FIFA —presionada, a su vez, por los patrocinadores— a permitir el consumo de alcohol en el país, donde rige la sharia (ley islámica). Las directrices parecían claras, como detallaba Fatma al Nuaimi, directora ejecutiva de comunicación del llamad...
A menos de una semana del comienzo del Mundial de Qatar, y antes de la llegada de más de un millón de personas al pequeño emirato —del tamaño de la región de Murcia y 2,7 millones de habitantes— comienzan los problemas. El comité organizador catarí accedió, presionado por la FIFA —presionada, a su vez, por los patrocinadores— a permitir el consumo de alcohol en el país, donde rige la sharia (ley islámica). Las directrices parecían claras, como detallaba Fatma al Nuaimi, directora ejecutiva de comunicación del llamado Comité Supremo para la Organización y el Legado, en una entrevista reciente en EL PAÍS: se podría beber desde tres horas antes de los partidos y una después en las zonas designadas para ello. Habría, además, un área específica para recuperarse de la borrachera y otras sin alcohol para fans de la región que quisieran “disfrutar de la experiencia en familia”. Pero los organizadores cataríes empezaron a ponerse nerviosos al ver los primeros puestos de venta de cerveza en las inmediaciones de los estadios y el sábado comunicaron a Budweiser, patrocinador del torneo, que tenía que recolocarlos en zonas menos visibles en los alrededores de las ocho sedes donde se jugarán los 64 encuentros. The New York Times, que apunta que la orden vino de miembros de la familia real catarí, publicó este lunes un vídeo de un grupo de operarios trasladando los puestos de venta.
Preguntados por este cambio de postura, el Comité Supremo para la Organización y el Legado se limita a enviar un críptico comunicado que parece decir una cosa y la contraria: “A seis días del inicio de la Copa del Mundo de Qatar 2022, se están finalizando los planes operativos mientras nos preparamos para acoger al mundo. Esos planes implican equipos de gestión que mejoran los requisitos para todas las sedes de la competición. Esto tiene un impacto directo en la ubicación de ciertas áreas de fans. Los horarios para beber y las localizaciones siguen siendo las mismas en los ocho estadios del Mundial”.
El Código Penal de Qatar, que el país ha aceptado ignorar durante la competición para estos casos, establece penas de hasta seis meses y multas de hasta 800 euros a quien beba alcohol en un lugar público o sea hallado borracho en la calle y moleste a otros. Antes del Mundial sí se servía alcohol —a extranjeros— en algunos hoteles y restaurantes, donde una cerveza cuesta una media de 12 euros. En todo el país solo existe un lugar donde se puede comprar alcohol y es propiedad del grupo de la aerolínea Qatar Airways. Está a las afueras de Doha y no es accesible para cualquiera. Para poder comprar allí, el trabajador debe llevar una carta de su empresa autorizándole expresamente a beber, y es necesario también presentar la nómina porque solo está permitido comprar cantidades según un porcentaje del salario.
Un exdiplomático español en la zona recuerda que el lugar era tan sórdido que tenía “la sensación de estar comprando crack” en lugar de cervezas o vino cada vez que iba. Tampoco está permitido introducir alcohol en el país. Si el turista lleva una botella en su maleta, será confiscada, aunque pueden recuperarla al volver, según indican varios extranjeros que lo intentaron.
Suscríbete aquí a nuestra newsletter especial sobre el Mundial de Qatar