Raphinha rescata a Cubarsí

En un Barça con 10 jugadores desde muy temprano, el delantero vuelve a silenciar a la afición del Benfica

Cubarsí comete falta ante Pavlidis, que le costó la tarjeta roja.David Ramos (Getty Images)
Benfica BEN
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Barcelona BCN
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Pau Cubarsí 21', Raphinha 60'
Finalizado

La obsesión de Hansi Flick por la pausa se resquebrajó cuando Pau Cubarsí arriesgó más de la cuenta para frenar a Pavlidis. La roja al joven central azulgrana no solo hizo recordar a la de Araujo en el partido que le costó la eliminatoria al Barça de Xavi frente al PSG el curso pasado, sino que borró el plan del técnico alemán de crear un partido sin vértigo a partir del control de De Jong, Pedri y Dani Olmo en la medular. Pero hay algunos azulgrana a los que no les escuece el vértigo; al contrario, lo potencian. Como en el duelo de la fase de grupos, Raphinha volvió a aparecer para enfriar a la caliente afición del Benfica.

La hinchada lisboeta parece tener un interruptor que se enciende y se apaga según la ocasión. Diseñado para que la afición aturda a los rivales, el Estadio da Luz pasa por soso en la mayoría de los duelos del Benfica en la Liga portuguesa, aunque tiene una especie de magnetismo con las grandes citas. Y la visita del Barcelona, esencialmente después del enérgico y vibrante partido de la fase de grupos (4-5), lo era. Así se lo hizo saber a los azulgranas en la víspera del duelo de ida de los octavos de final y lo volvieron a intentar cuando un grupo de vándalos obligó a detener el duelo durante dos minutos por el lanzamiento de fuegos artificiales, seguido de bengalas rojas que inundaron de humo las gradas del estadio del Benfica.

“Hagamos una fiesta del fútbol sin utilizar dispositivos pirotécnicos”, alertaron desde los altavoces del estadio. Ya era tarde. Por entonces, los seguidores del Benfica creían tener motivos para celebrar. Los muchachos de Bruno Lage apretaban y apretaban al Barcelona. Después de la roja a Cubarsí, el cuadro azulgrana no había perdido el dominio del cuero, pero sí la pausa, justo lo que requería el duelo, según Hansi Flick. Era en esos momentos de frenesí en los que aparecía la voz de Raphinha para pedir calma a sus compañeros, también para hablar con el árbitro, a pesar de que el brazalete lo llevaran primero De Jong y luego Araujo. Pero la afición del Benfica se volvería a encontrar no solo con el Raphinha capitán: estaba al acecho el Raphinha goleador.

“Estoy muy orgulloso. Después del minuto 22 con un jugador menos es una gran actuación del equipo”, celebró Hansi Flick, tras la victoria en Lisboa. “El trabajo no ha terminado. Tenemos que acabar de una forma profesional”, destacó Szczesny, que finalizó el duelo con ocho paradas. Cuando el sorteo volvió a emparejar al Barça con el Benfica, el cuerpo técnico analizó la agónica victoria de los azulgrana sobre el cuadro portugués en la fase de grupos de la Champions, gracias al gol de Raphinha en el descuento. La conclusión: no había que volver a perder el control del juego. “Nosotros sabemos lo difícil que es jugar aquí. Benfica es muy fuerte”, alertó Deco, en la previa.

La idea de un Barça versátil, capaz de convertirse en un equipo eléctrico para contraatacar, pero sereno para cuidar el cuero, hace tiempo que ronda en la cabeza del preparador alemán. Así lo intenta trabajar en los pocos días libres que tiene en el apretado calendario azulgrana.

“Tenemos la experiencia de que si no controlamos el partido se puede volver todo un poco alocado”, explicaba Olmo. Fue justamente el mediapunta el que pagó las consecuencias de la roja a Cubarsí. “La expulsión lo cambia todo, los planes, la manera de jugar. En mi cabeza sabía que iba a ser un partido complicado. Teníamos que sufrir y defender para llevar un partido importante para Barcelona”, explicó Raphinha tras el encuentro en Lisboa. Y Szczesny añadió: “Hemos entendido lo que teníamos que hacer tras la expulsión. Hemos jugado compactos, limitando los contraataques. Hemos demostrado que podemos ganar mostrando la otra cara de este equipo”.

En un partido que se le había puesto cuesta arriba al Barça, Olmo, más frágil físicamente, fue el descarte de Flick para que Araujo se sumara a la zaga junto a Iñigo Martínez. La apuesta del alemán de mezclar a sus tres muchachos más virtuosos con la pelota en el centro del campo se fue al garete. “Teníamos que escoger a alguien. No tenía que ver con su actuación”, explicó Flick. Era una noche que se había quedado para defender y atacar, pocos entonces tan comprometidos como Raphinha. “Sabíamos que podríamos tener una o dos, pero teníamos que estar centrados. Si teníamos la ocasión, teníamos que marcar”, completó el delantero brasileño.

Raphinha no desperdició el error en la salida de Antonio Silva y facturó su noveno gol en la Champions, el 25 de la temporada. Raphinha rescató a Cubarsí, silenció a la hinchada del Benfica, pero sobre todo encaminó la clasificación del Barça rumbo a los cuartos de final.

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